Apuntes del Secretario

domingo, 14 de agosto de 2022 01:19
domingo, 14 de agosto de 2022 01:19

Polémica con trasfondo

                               

El tinogasteño Hugo Ávila alteró el clima en la última sesión de la Cámara de Diputados, con una referencia a su colega Verónica Mercado que tuvo inmediatas derivaciones, y puso sobre el tapete un tema delicado como la violencia de género. En medio de una discusión de rutina, Ávila llevó el cruce de palabras a un plano más personal, y sugirió que Mercado ocupaba una banca por vínculos familiares, mientras él había llegado por mérito propio y decisión popular, sin favores de por medio. Por esa razón -dijo- sentía orgullo de ser apuntado por quien no era más que la representante de un clan nepótico. En forma instantánea, le recriminaron al “Grillo” por referirse en esos términos a Mercado, tachando su intervención de misógina y atribuyéndola a la condición de mujer de la legisladora. Se planteó entonces una cuestión de privilegio, preludio de una posible sanción para Ávila, que al cabo pasó a comisión y lo más probable es que no prospere ni salga de allí.

Repercusiones

Ya fuera del recinto, se multiplicaron los repudios para Ávila, y él insistió en señalar que no era misógino ni había aludido al género de la diputada, sino que hizo referencia a otra situación y se mantenía en sus dichos. A modo de contraataque, recordó que mientras el oficialismo se “rasga las vestiduras” en nombre de la supuesta violencia de género ejercida por él, llevó en las últimas elecciones candidatos que incluso habían sido denunciados y condenados por delitos de violencia de género; del otro lado, a su vez, recordaron condenados por hechos graves que también fueron postulados y acompañados en las últimas campañas de la oposición. La conclusión emerge rápidamente, y obliga a pedir que un tema tan serio y sensible no se convierta en una herramienta más para la batalla partidaria. Todos los ciudadanos, todas las fuerzas políticas y con mayor responsabilidad quienes ocupan espacios públicos, deben combatir cualquier expresión de violencia de género, sin pasarla por ningún filtro ideológico. Ello incluye, naturalmente, no utilizarla como argumento fácil en el momento oportuno.

Olvidaron a Lucía

Ya con el juicio oral y los alegatos por parte de la acusatoria en el Caso Vialidad en marcha, Cristina Fernández de Kirchner se acercó hasta el Senado, donde cumple el rol de presidenta de la Cámara Alta. Allí, sus pares la esperaban para dar inicio a la sesión especial. Luego de entonar el Himno Nacional y algunos trámites de rigor, se dio lugar a los homenajes, y allí deseaba hacer uso de la palabra la exgobernadora Lucía Corpacci, pero Cristina le dio la palabra al fueguino Pablo Blanco, ignorando a la catamarqueña. Cuando se lo observaron, CFK remarcó que Corpacci no estaba en la lista que le entregaron, ya que los presidentes reciben antes de la sesión todo su parlamento escrito. Luego se dirigió a Lucía y le explicó: “Discúlpeme, senadora, pero no la habían incluido las autoridades administrativas y parlamentarias”, dijo mientras señalaba a sus secretarios con ambas manos. De todas formas le dio la palabra a Lucía, quien recordó la figura de Eva Perón, y en el final trazó lo que pareció un claro paralelo entre Evita y Cristina: “Yo cuando la recuerdo a Eva pienso en una mujer con un valor extraordinario, pienso en una mujer a la que le bastaron siete años para pasar a la historia. Miren, hayan hecho lo que hayan hecho, a Eva no la borra nadie de este país (...) han hecho cosas horrorosas solamente fruto del odio y de la envidia, no hay otra explicación para esto. Ojalá en nuestro país aprendamos de verdad a no perseguir, a no utilizar el odio para silenciar a los que hacen mucho por los más desprotegidos. A Eva Dios no le dio hijos. Seguramente, si Dios le hubiera dado hijos, le estarían haciendo lo que hoy le hacen a otra mujer, a otra gran mujer, que la persiguen simplemente porque fue mujer y porque fue capaz de destruir tanta desigualdad existente en nuestro país. Espero que de verdad aprendamos a reconocer a quienes vienen a nuestro país a transformar la historia”.

Masacre en Catamarca

Se cumple por estos días un nuevo aniversario del episodio más violento ocurrido en Catamarca durante el denominado Proceso de Reorganización Nacional, la nefasta dictadura que padeció el país entre 1976 y 1983. El 12 de agosto de 1974, cerca de Capilla del Rosario, fueron fusilados al menos 14 miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), quienes formaban parte de un grupo que intentó copar el Regimiento Aerotransportado 17, pero fueron sorprendidos por la policía. Algunos de los militantes fueron detenidos y torturados, otros se dieron a la fuga y el grupo que fue cercado en Capilla del Rosario fue ejecutado por las fuerzas del Ejército luego de deponer las armas. Casi medio siglo después, las circunstancias en que se produjo aquel sangriento hecho sigue generando controversias. Los fusilados fueron Alberto del Carmen Fernández, Hugo Cacciavillani, Rutilio Betancour, Luis Roque López, Rogelio Gutiérrez, José María Molina, Mario Héctor Lescano,  Juan Carlos Lescano, Juan Olivera, Roberto Jerez,  Héctor Moreno, Luis Billinger, Raul Sianz, Urbano Pedro y otros cinco NN. En el enfrentamiento con la policía murieron Norberto Rufino y Carlos Gutiérrez. En agosto de 1974, los familiares y los abogados Mario Marca, Ricardo Rípodas, Clemente Marcolli, Mardonio Díaz Martínez, Silvio Frondizi y Alfredo Curuchet presentaron una denuncia por las torturas y el fusilamiento de los detenidos. Marca, Ripodas, Marcolli y Díaz Martínez fueron detenidos posteriormente y permanecieron en prisión hasta 1984. Frondizi y Curuchet fueron asesinados por la organización terrorista Triple A. La denuncia fue archivada en el contexto del inicio del terrorismo de Estado.

Proceso judicial

El proceso judicial derivado de esa causa fue lentísimo y plagado de drásticos vaivenes. Recién en 2004, con una denuncia presentada por Mirta de Clérici, Ana Radusky y Jorge Alberto Perea comenzó a instruirse en el Juzgado Federal de Catamarca la causa para determinar las circunstancias y los autores de la masacre e identificar a los cuerpos sepultados en el cementerio municipal. El juez federal de Catamarca, Ricardo Moreno, en 2009 rechazó el pedido de eximición de prisión que presentaron los exmilitares Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores y Mario Nakagama. En 2008, el Tribunal Oral Federal de Catamarca dio por probados los fusilamientos de 14 militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo y encontró culpables a tres militares. El 9 de junio de 2016 la Cámara Federal de Casación Penal revocó las condenas y declaró a los acusados “absueltos de culpa y cargo”. El fiscal de la causa recurrió estas absoluciones ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.? En octubre de 2017, el procurador fiscal ante la Corte acordó con los argumentos del fiscal, y solicitó la revocación de las mismas.

El Esquiú.com

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