Apuntes del Secretario

miércoles, 17 de agosto de 2022 00:00
miércoles, 17 de agosto de 2022 00:00

Adiós al Malbrán

Después de 822 días, Catamarca recuperó el Centro de Integración e Identidad Ciudadana, en cuyas instalaciones funcionó el Hospital Monovalente “Carlos Malbrán” desde el 16 de mayo de 2020 hasta ayer. Aunque en aquel momento se informó que el centro asistencial ya no sería desmantelado, e incluso se aseguró que se proyectaban ampliaciones, afortunadamente ya no es imprescindible, y hay tiempo para avanzar con un proyecto distinto, para un nuevo hospital diseñado como tal, que se construirá en otro sitio. En este punto, una vez más, debe decirse que la rápida apertura del “Carlos Malbrán”, fue una de las medidas más importantes y acertadas del gobernador Raúl Jalil, quien tuvo excelentes reflejos para tomar esa determinación apenas iniciada la espantosa pandemia de coronavirus. “El Malbrán”, como lo bautizó la comunidad, fue un ejemplo a nivel nacional, y permitió brindar atención gratuita a todos los catamarqueños cuyo estado de salud se complicó por el COVID; incluso antes de que aparecieran las vacunas. Con un brillante equipo de profesionales a cargo, el hospital acondicionado en tiempo récord brindó contención, medicación y asistencia integral a miles de pacientes. Es un lugar en el cual literalmente se salvaron miles de vidas, y cuando el tiempo transcurra y se haga alguna reseña de la gestión de Jalil, indudablemente esta acción deberá destacarse entre las más trascendentes. Ese hospital y la precoz implementación del uso obligatorio del barbijo, permitieron a Catamarca ubicarse en la vanguardia de las políticas contra la pandemia que causó estragos en el mundo.

 

Por la recuperación

Superados los momentos más críticos de la emergencia sanitaria, el nuevo desafío es recuperar el CIIC, obra emblemática de Lucía Corpacci, que renace lentamente con el objetivo de volver a sus momentos de esplendor. El CIIC fue una de las mejores obras de las últimas décadas, una obra con sentido social y gran impacto, de esas iniciativas tan buenas que casi nadie las cuestiona. El CIIC fue pensado para actuar durante varias generaciones por la visión de Lucía, quien rescató al abandonado predio del viejo Hotel Sussex y lo puso a nuevo, convirtiéndolo en un complejo de lujo, con capacidad para recibir a cientos de personas, salones de conferencias, pileta y un gran espacio que, según el proyecto original, iba a servir para hacer campos de deportes. Lo genial del CIIC era que se había convertido en un hotel cinco estrellas abierto gratuitamente para quienes no podían pagar ningún hotel. Así, se les daba vacaciones gratuitas a los chicos de sexto grado de la primaria en verano, y a los jubilados en invierno.

 

La modalidad

Mediante convenios con las municipalidades, que se ocupaban del transporte, miles de chicos llegaban en contingente cada verano y pasaban una semana en el CIIC, con pileta, profesores, artes y juegos. A la semana se iban y llegaban otros chicos. Nadie pagaba un centavo, y además a todos les hacían estudios médicos completos. Inaugurado en noviembre de 2014, el CIIC fue pensado para permanecer muchos años, pero llegó el coronavirus, la pandemia y el miedo. Entonces se pensó -premonitoriamente- que si el virus pegaba fuerte en Catamarca podían faltar camas, y se armó un hospital nuevo. ¿Dónde? En el CIIC, que estaba casi listo, muy bien ediliciamente, y sólo necesitó acondicionamiento para los equipos de salud. Por eso se hizo en tiempo record, y la función social del lugar se apagó tras algo más de cinco años. Hacia el final de este 2022, la reapertura de las puertas del CIIC es una magnífica noticia, y ya crece la ilusión de que vuelva a estar a pleno en la próxima temporada estival.

 

Baterías nacionales

Lo que hasta hace poco parecía una utopía, comienza a hacerse realidad: Argentina fabricará baterías de litio, lo cual abre las puertas de un enorme negocio, en el cual el país podrá superar su natural condición de proveedor para darle un valor agregado al litio aquí mismo. El proceso de industrialización no es sencillo, pero está en marcha y ofrece una perspectiva muy amplia para Catamarca, que a mediano plazo podría proponerse seguir el mismo rumbo. De momento es la poderosa estatal Y-TEC (YPF-Tecnología), la que pica en punta. En diciembre próximo la firma nacional arrancará con la producción de “celdas” para baterías de litio en la Argentina, proyecto desplegado desde YPF que apunta a un desarrollo “desde el salar hasta las baterías”. “Estamos avanzando rápidamente con la planta industrial”, aseguró el presidente de la empresa, Roberto Salvarezza, en el marco de la visita del presidente Alberto Fernández a las instalaciones de Y-TEC, en el partido bonaerense de Berisso.

 

Grandes avances

Según se informó, la obra civil de la planta industrial está terminada, en octubre estarán llegando los equipos y en diciembre ya estará la producción industrial de estas celdas para las baterías de litio. No todo fue rápido: hace años en Y-TEC tienen una planta piloto que está funcionando y produciendo las celdas con materiales que se generan en nuestro país, el carbonato de litio. El litio tiene una importancia enorme y se abrió una disputa geopolítica por hacerse de este recurso, que lo tiene Latinoamérica, en especial un triángulo que integra Argentina, y en especial Catamarca. Situación inmejorable desde todo punto de vista. YPF extrae gas y petróleo, pero también produce, procesa e industrializa lubricantes, naftas, combustibles en nuestro país, y lo mismo planea con el litio. Una oportunidad que marca rumbo para Catamarca, y permitirá evitar que el litio sea la versión moderna del viejo contrasentido argentino, el país que exportaba cuero para comprar zapatos extranjeros.

 

70 del Gran Willy

Guillermo Vilas, el mejor tenista argentino de todos los tiempos con una colección de 62 títulos, cuatro de ellos de Grand Slam, cumple hoy 70 años y su enorme figura sigue vigente como emblema de un deporte que popularizó en Sudamérica con hazañas inolvidables que lo elevaron a la categoría de leyenda. El notable tenista llega a las siete décadas lejos de su país, lo pasará en Montecarlo, donde reside con su esposa, la tailandesa Phiangphathu Khumueang, y sus cuatro hijos, Andanin, Intila, Lalindao y Guillermito, en épocas difíciles ya que transita una enfermedad neurológica con signos cada vez más evidentes de un deterioro cognitivo que motivó que sus apariciones en público sean esporádicas. Vilas llegó al mundo un 17 de agosto de 1952 en la Capital Federal, pero a los pocos días sus padres se mudaron con él a Mar del Plata, a la casa de la Avenida Colón que ocupó durante su infancia y adolescencia, hasta que salió a recorrer el mundo con una raqueta en la mano. El ‘zurdo’ de la vincha deslumbró en el circuito con la conquista de cuatro torneos grandes: Roland Garros y el US Open en 1977, más el Abierto de Australia en 1978 y 1979. También popularizó y patentó un golpe, la «Gran Willy», que consiste en impactar la pelota por entre las piernas y de espaldas a la red, una maniobra de malabarismo tenístico propia de los elegidos. Vilas no fue reconocido como número uno a pesar de que en 1977 totalizó 137 partidos ganados en todas las superficies. Antes de Vilas el tenis en la Argentina era un deporte de élite que se practicaba sólo en selectos clubes y sin público. Sin Vilas no hubiera habido un David Nalbandian, un Gastón Gaudio, un Guillermo Coria, ni tampoco una Gabriela Sabatini o Juan Martín del Potro, y esa influencia en su país se trasladó también a Sudamérica. Con apariciones públicas cada vez menos frecuentes, sus imágenes recientes son las que su familia publica en redes sociales con motivo de algún aniversario importante. Vilas, junto a Maradona, Juan Manuel Fangio, Carlos Monzón, Manu Ginóbili y Lionel Messi integran la mesa chica de los que superaron todas las barreras y se instalaron en el Olimpo del deporte argentino.

 

El Esquiú.com

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