Desde esta columna, en su momento, celebramos que la Junta Electoral designada para controlar la interna del principal partido de oposición lugareño aprobara las dos listas que se presentaron, esto es, “Renovación y Cambio Radical” y “Ahora, el radicalismo”. Tal situación no ocurría desde hace largos años. Invariablemente, la propuesta anticastillista era impugnada y exitosamente judicializada. Así, desde los “escritorios del Juzgado Federal”, fueron oportunamente consagrados el diputado Alejandro Páez y la extinta Marita Colombo. Se quedaron afuera, sin poder competir, dos notables de la UCR: Horacio Pernasetti y Flavio Fama. Hoy también celebramos que, desde el mismo juzgado, se haya rechazado la impugnación presentada por “RyCR” y tal decisión permita que sean los afiliados los que elijan sus autoridades.  

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Con las listas aprobadas, sin embargo, hay “tela para cortar”. Tiene razón el exrector universitario cuando, amén de aceptar que las autoridades se definan en las urnas, señala que la Justicia no tuvo igual criterio para resolver situaciones similares. Fue terminante cuando el planteo fue celeste y falló en sentido contrario cuando fue en su contra. La contradicción ya es historia y ahora vienen nuevos capítulos que, ojalá, no inauguren otras controversias. Pero que a 12 días de la elección no estén los votos, que todavía haya dudas sobre la distribución de las mesas de votación y se pretenda sobre la hora implementar la Boleta Unica no son buenas noticias, como tampoco lo es la falta de propuestas sobre temas vitales como la Reforma de la Constitución o de la misma Carta Orgánica partidaria que tantos dolores de cabeza provoca.  

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En cuanto a la elección propiamente dicha hay que decir que estas internas cerradas no convocan multitudes, muchos menos en tiempos donde hay descrédito de la política. Lograr un 18 ó 20% de participación sería un éxito y, tal vez, la recreación de la militancia. Empero, no se descarta que a la hora del escrutinio final, gane Alfredo Marchiolli o Natalia Herrera, se acuerde “dibujar” una participación que no genere críticas y desaliento.  

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