Horacio Bepre, peleador profesional

“El fútbol es más violento que el MMA”

domingo, 17 de febrero de 2013 00:00
domingo, 17 de febrero de 2013 00:00

El encuentro fue en su jaula de lucha, rodeado de bolsas de arena, cabezales sueltos y un piso que no debí haber pisado con zapatillas. Ese lugar también es su “oficina” según las palabras del propio Horacio Bepre.
Entrevista con un referente del deporte en la provincia, que tiene un perfil bajo, según cuenta, y que es el responsable directo de la aparición y crecimiento del MMA en Catamarca. Protector bucal en mano, contestó estas preguntas.

- ¿Qué es esto, este gimnasio para vos?
- Esta es la oficina, jaja. Acá es donde nos juntamos todos los días toda la “familia” a entrenar, a conversar. Es el lugar de encuentro.

- Lo indispensable para un lugar así ¿qué es?
- Es necesario tener un buen piso, nosotros tenemos uno de goma de 36mm, tenemos una jaula profesional, varias bolsas, y trabajamos mucho con lo que son los circuitos funcionales, y para eso tenemos las cubiertas gigantes (señaló unas ruedas que parecían ser de una motoniveladora, todavía con el protector bucal en la mano). El entrenamiento que hacemos que se llama boot camp, que es un entrenamiento militar muy efectivo. La intensidad de ese entrenamiento es lo más parecido a lo que pasa cuando estás peleando.
El complemento es con el gimnasio, siempre separado: se hace la parte fisica por un lado y la parte de lucha por otro. Nosotros todos los días nos juntamos a este horario (17 y monedas…) y luchamos. En fútbol sería como la parte de campo, para que se entienda. Ellos se juntan a jugar a la pelota y nosotros a luchar.

- ¿Son muchos changos?
- Bastantes. Avanzados somos como ocho, un lindo grupo y de todos los pesos; 70, 80, 100 kilos. Son los que están peleando, los sparrings que utilizo para pelear yo.
Y también tenemos los iniciados que son como veinte a la siesta y veinte a la noche. Así que somos bastantes. Los sábados cuando no está abierto el gimnasio nos juntamos a luchar.

- Me quedó haciendo ruido el concepto de “familia”…
- En esto tenés que tener una hermandad con tu compañero. Los tenés que cuidar. Uno necesita de ellos para entrenar, no sirve de nada venir un día, lesionar al otro y que no venga por dos meses. Acá nos estamos “revolcando” dos o tres horas por día, nos conocemos tanto que esto no es venir una o dos horas y nos vemos mañana, hay un trato constante durante todo el día.

- ¿Cómo son los entrenamientos acá?
- Muchos piensan que esto es venir, pegarse, y ya está. Y no es así, te voy a mostrar (me llevó hasta una ventana, a ver una inscripción imperceptible desde lejos). Lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Un lunes hacemos tres rounds de cinco minutos por uno de descanso al 100% de MMA. Después siguen tres minutos de Paos o box…

-¿Qué es Paos?
- Son combinaciones con manoplas. Paos se les dice a unas manoplas adonde podés patear. Toda la semana está programada.

-Viene alguien nuevo, ¿cuánto necesita para decir que está para pelear?
- Nosotros somos muy intensos. Si alguien quiere aprender a pelear, yo quiero que aprenda. Lo voy haciendo entrar de a poquito, luchando, que aprenda a pegar y luchar, y sólo se va metiendo. En tres o cuatro meses ya puede estar a un paso.

- ¿Vos tenés otro laburo o vivís de esto?
- Para mí es un estilo de vida, ya lo tengo incorporado. No vivo de esto, de luchar. Trabajo con el gimnasio y ayudo a un amigo en un bar.

- Pero tenés que ser profesional…
- Un día mío es levantarme, desayunar con seis huevos con queso y tostadas, tomar un café, y venir a abrir el gimnasio. Entreno con pesas a la mañana, como fruta, cocino en casa y a la siesta estoy entrenando de nuevo acá. A la noche voy al bar y ahí aprovecho para comer también. Así son todos los días. Llevo un vida muy familiera, tengo dos nenas, una de once y otra de cinco y estoy pendiente de ellas, y mi mujer me ayuda muchísimo como en el gimnasio.

- ¿Cómo surge todo esto?
- Yo me dedicaba a hacer fierros, y uno cree que teniendo buen lomo uno se la banca. Una vuelta vino Diego Visotzqui, que es el precursor a nivel mundial de esto. Me habló para dar un curso en el gimnasio de Vale Todo. En ese momento se le llamaba así, pero ahora es MMA, o sea Artes Marciales Mixtas. Y a mí me gustaba, había visto unos videos. Él después del curso les pedía a diez personas que pasen, uno por vez. “Ustedes me pueden reventar como quieran, cagarme a piñas y patadas, ahorcarme, si quieren agarren un palo. Me tienen que vencer. Yo no les voy a pegar, voy a utilizar llaves nomás”, nos dijo.
Cuando lo vi dije este tipo está loco. En ese tiempo estaba yo, Tiano, dos o tres más que éramos unos roperos y que para colmo nos creíamos “picantes”. Fuimos y nos hizo lo que quiso, nos humilló. Diego me dijo ‘todo muy bonito su cuerpo, pero no les sirve para nada’. Y eso me quedó, me hizo clic. Entendí el mensaje que me dio.
Empecé a entrenar con él, lo traía muchas veces a entrenar conmigo y me llevó de no saber nada de nada a pelear en Brasil. Allá a los argentinos los sacaban en un minuto, y todos se sorprendieron cuando un campeón de jiu jitzu me ganó por puntos.
Me hice un obsesionado de esto. Nosotros entrenamos el sábado, domingo, muchos se juntan a chupar y nosotros a entrenar. Ni nos cuesta.
Muchos creen que este deporte es violento, pero lo mismo lo ven… Para mí el fútbol, por ejemplo, es más violento que esto. Mil veces más violento. Por lo que genera: en un estadio de fútbol hay tiros, muertes, y todo lo que se ve. Los integrantes y el negocio del fútbol lo generan. Pero en ningún evento de MMA del mundo jamás hubo ni insultos. Hay otros tipos de mentes.
Muchos se sorprenden porque todos los que peleamos terminamos siendo muy amigos. Yo tengo diez peleas invictas en Argentina, y terminamos las peleas y vamos a tomar algo. O alguno me pregunta cómo puedo pelear con mis alumnos y no enojarme, y esto es un juego de estrategias.
Y lo ven porque si en una plaza alguno se agarra a las piñas todos se juntan a verlo. Es natural, a todos les llama la atención.

Entrevista:
Martín H. Noriega

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