Este sábado en 'PH, Podemos Hablar', Andy Kusnetzoff tuvo como invitado a Fabricio 'Chio' Cagnin, el hijo de la siempre recordada Gilda. Como parte de una historia cruda, el joven que hoy tiene 34 años nos rememora a la tragedia familiar que se vivió en 1996, con aquel cruel accidente que se cobró la vida de la cantante.

Fabricio tenía 8 años cuando su mamá, su hermana Mariel de 11 y su abuela Tita fallecieron. Por estos días, y como parte de esa herencia artística, el joven acaba de lanzarse como músico y ya promociona su primer disco, por lo que ha estado dando varios testimonios al respecto y rememorando aquel duro acontecimiento que marcó su vida para siempre.

Chio, que durante mucho tiempo se alejó de la música porque las canciones de su mamá eran “un puñal” al corazón, es un sobreviviente de la tragedia del 96 cuando el micro en el que viajaban fue embestido por un camión. Ese dolor trascendió por años, hasta que logró transformarlo y renacer.

“Presencié un accidente tremendo donde se me fueron mi mamá, mi hermana y mi abuela y tengo ese recuerdo vivo de empezar un día celebrando porque íbamos a viajar, porque me dijeron que íbamos a un hotel con pileta”, recordó el joven en el 'punto de encuentro' de Kusnetzoff.

Y agregó: “Esa fecha me marcó y es como que ese nene quedó atrapado ahí y salió otro que tuvo que adaptarse a otra realidad, porque fue un golpe muy grande”. El piso entero, conmocionado por tan fuerte relato, empatizó con las palabras que el artista detallaba como parte de un dolor inimaginable.

Lo cierto es que desde ese entonces, Fabricio quedó al cuidado de su padre y abuelo paterno, aunque siempre sintió esa enorme ausencia y vacío de su madre. “Tenía otro trato, con amor, pero no era lo mismo, porque las mujeres son más contenedoras”, confesó.

Chio se salvó de milagro en aquel entonces, recordando cómo fueron los momentos previos al accidente: “Yo subí al micro, que tenía filas cortas de asientos, y tras cuchetas. Había cinco, y yo elegí el tercero, y me quedé durmiendo. Y en un momento abrí los ojos y estaba solo durmiendo, y la vi a mi hermana adelante, con mi mamá, charlando, y sentí muchas ganas de ir, pero no sé por qué me quedé en el lugar”.

“Fue cerrar los ojos, dormir, y despertarte en otro lugar que no reconocés porque es inexplicable: son otros olores, otros sonidos, y te marca para siempre. El mensaje final es, creo, mi presente, donde pude avanzar”, cerró, provocando la notoria emoción de los demás invitados presentes, como Fer Dente, Flor Jazmín Peña y un Tomás Holder desbordado en lágrimas.