La ciudad blanca

En Antofagasta de la Sierra, a mas de 3.000 metros de altura, se erige una ciudad blanca. Te invito a descubrirla
miércoles, 28 de julio de 2010 00:00
miércoles, 28 de julio de 2010 00:00

Es muy temprano por la mañana: El Peñon recién está depertando. El día comienza auspicioso, con el sol brillante despuntando en el cielo claro. Salimos del pueblo cruzando los alamos que lo rodean y emprendemos la travesía. Los pequeños corrales y las casitas de adobe van quedando atrás, solo nos siguen algunas vicuñas que nos miran atentamente al pasar.
Pasamos por una vega, que seguramente la usan para pastoreo, y por el cementerio local que se encuentra en la Loma del Panteón, desde allí ya se puede divisar un gran extensión blanca a lo lejos. Señal que vamos en buena dirección.
Pasando la vega, el panorama cambia: se vuelve más seco; la paja brava (principal alimento de la vicuña) se apodera del paisaje y forma en la lejanía extensos campos amarillos. A lo largo del camino nos cruzamos con varias apachetas, lugares de culto y homenaje a la Pacha Mama, que nunca faltan en la zoña puneña.
Seguimos subiendo por el camino, abriéndonos huella en la soledad de la puna, atravesando desiertos, salares y dunas a mas de 3.000 metros de altura.

Súbitamente el paisaje se vuelve blanco, aparece ante nuestros ojos largas extensiones de piedra pomez, una ciudad desierta hecha de enormes edificios de piedra blanca moldeados por el viento. Caminamos entre los bloques que forman enormes sombras sobe la arena, subimos y bajamos las piedras que alguna vez arrojaron los volcanes de la región desde kilómetros de distancia. Atónitos frente a semejante escenografía natural todos coincidimos que la luna debe ser algo muy parecido a esto.

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