Carta abierta sobre el cambio climático

domingo, 10 de octubre de 2010 00:00
domingo, 10 de octubre de 2010 00:00

Nos dirigimos a empresarios y líderes políticos y al público en general. Este año hemos sufrido brotes de clima extremo en muchas regiones del mundo. Nadie puede decir con certeza que hechos como las inundaciones en Pakistán, el tiempo sin precedentes en algunas partes de los Estados Unidos, la ola de calor y sequía en Rusia o las inundaciones y los deslizamientos de tierra en el Norte de China fueron resultado del cambio climático. Sin embargo, estos constituyen una dura advertencia. Hechos de clima extremo aumentarán en frecuencia e intensidad a medida que se caliente el mundo.
El pasado diciembre la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático en Copenhague (COP 15) no logró acuerdos vinculantes. Los correos electrónicos entre científicos de la Universidad de East Anglia (Inglaterra), que fueron filtrados por los medios y denunciados por críticos como demostración de manipulación de información, recibieron mucha atención - al igual que los errores encontrados en los informes producidos por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC). Muchos periódicos, especialmente los de derecha, han utilizado titulares en los que destacan que el calentamiento global se ha detenido o ha dejado de ser un problema.
No obstante, los principales hallazgos científicos sobre el cambio climático, inducido por los humanos y los peligros que este conlleva para nuestro futuro colectivo, permanecen intactos. El hecho más relevante está basado en medidas irrefutables: la concentración del dióxido de carbono en la atmósfera se encuentra en el nivel más alto de lo que ha estado en el último medio millón de años. Esta ha aumentado en un 30 por ciento desde el inicio del período industrial, por el uso de combustibles fósiles. Si el mundo continúa dependiendo de combustibles fósiles, como lo hace hoy en día, en los próximos 50 años, el nivel de dióxido de carbono llegaría al doble de la era preindustrial. Esta acumulación está provocando un calentamiento en el largo plazo; las razones físicas para esto son bien conocidas y demostradas en el laboratorio.
Información obtenida por la Administración Nacional Atmosférica y Oceanográfica de Estados Unidos (NOAA) demuestra que 2010 será el año más caliente desde los primeros registros que empezaron en 1880. Junio del 2010 fue el tricentésimo cuarto mes consecutivo con una temperatura promedio en la Tierra y en los océanos por encima del promedio del siglo XX. Un informe producido por NOAA en 2009 analizó los resultados de cincuenta registros independientes que monitorearon los cambios de temperatura de acuerdo con diez índices. Estos diez indicadores demostraron un claro patrón de calentamiento durante el último medio siglo.
Es necesario un nuevo impulso para que el mundo despierte de su letargo. Los eventos catastróficos descritos anteriormente deberían ser dicho estímulo. Las inundaciones en Pakistán han dejado unos veinte millones de personas damnificadas. No se puede abandonar a Pakistán -como tampoco otros países pobres-. Los líderes mundiales deberían agilizar y acelerar las discusiones actuales para proporcionar financiación en gran escala hacia los países pobres, para que desarrollen infraestructura para enfrentar futuras crisis climáticas.
Estados Unidos y China son de lejos los mayores contaminantes del mundo, al contribuir con más del 40% del total de las emisiones globales. La Unión Europea está impulsando políticas progresistas para contener las emisiones de carbono de sus estados miembros. A pesar de los esfuerzos de la UE y del resto del mundo, si Estados Unidos y China no cambian sus políticas actuales habrá poca o ninguna esperanza de contener el cambio climático. Estados Unidos tiene un 4% de la población mundial pero emite un 25% a las emisiones de carbono mundial. Con o sin legislación federal, Estados Unidos deberá asumir un mayor rol de liderazgo en los esfuerzos mundiales por controlar el cambio climático. El presidente Barack Obama debería reafirmar que una de las más altas prioridades de su Gobierno es contener el cambio climático. A nivel de comunidades locales, organizadores no gubernamentales, ciudades y estados, están ocurriendo iniciativas positivas. Estos grupos deberán presionar diferentes niveles de gobierno para promover una reducción significativa en las emisiones de este país.
Los líderes de China han demostrado una creciente conciencia de qué tan vulnerable es el país al cambio climático y están invirtiendo en tecnologías renovables y energía nuclear en una escala sustancial. Sin embargo, las emisiones de carbono en China están en constante crecimiento. China tiene el derecho y el deber de desarrollarse pero se necesitan planes más claros para demostrar cómo intentará alejarse de su dependencia actual del carbón. El liderazgo chino debe formular estas políticas, hacerlas públicas y abrirlas al escrutinio internacional. El énfasis actual en el mejoramiento de la eficiencia energética es importante, pero no es lo suficientemente serio. Rusia es la tercera gran emisora de gases de efecto invernadero después de Estados Unidos y China. El presidente Dmitri Medvedev ha propuesto objetivos que su país debería cumplir, pero, tal como están, carecen de contenido. Comparado sobre la base de 1990, ésta (la emisión de gases de efecto invernadero) fue simplemente contabilizada por la reducción de la competitividad en las industrias pesadas del país.
Por todo esto, se requiere un renovado ímpetu de cooperación internacional. Las reuniones de las Naciones Unidas en Cancún este diciembre no prometen mucho para dar inicio a políticas en una escala necesaria. Estados Unidos, China, la Unión Europea y otros importantes estados como Brasil e India, con la debida atención puesta en los intereses de las pequeñas naciones, deberían trabajar conjuntamente para tratar de introducir un mayor sentido de urgencia en este proceso. Finalmente, la regulación no será la única forma de limitar las emisiones de carbono; los ajustes de objetivos - de innovación, social, económica y tecnológica - serán necesarios. Inspirados líderes empresariales deberán mejorar sus esfuerzos con este fin. La recompensa, después de todo, será inmensa. Las acciones necesarias para contener esta amenaza - la transición de un estilo de vida dependiente a energías limpias y eficientes - crearán nuevas y múltiples oportunidades económicas.

Antonhy Giddens y Martin Rees.
Giddens fue director del London School of Economics y académico de King’s College, y Martin Rees, rector del Trinity College y presidente de la Royal Society de Londres.
 

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