Los terrenos baldíos

martes, 3 de agosto de 2010 00:00
martes, 3 de agosto de 2010 00:00

Sr. Director:

Tengo el agrado de dirigirme a usted a fin de plantear el tema de los sitios baldíos, al que directamente asocio con la salud y la falta de seguridad.
Si uno recorre la Capital provincial y los barrios de la periferia, ni qué decir de los departamentos Valle Viejo, Fray Mamerto Esquiú y Capayán, podrá apreciar que estos terrenos son numerosos y si es que existen normas para su existencia, en la práctica no se cumplen.
Normalmente no están cercados y, en muchos de ellos, abundan los matorrales o son virtuales depósitos de basura donde pululan las alimañas, cuando no son refugios privilegiados para los malvivientes, que pueden observar desde esos lugares, bien ocultos, los movimientos de las casas vecinas o de sus moradores. Ya sabemos lo que esto significa para el tema seguridad.
En cuanto a la salud, es igualmente grave la situación de los baldíos y, desde dependencias municipales, nadie atinó a tomar medidas, ni siquiera en épocas en que afligía la epidemia del dengue.
La inacción municipal a que me refiero en el párrafo anterior, sin embargo, es completa. Aparte de no ejecutar medidas preventivas o de contralor de los baldíos, a sus propietarios no se les entrega algún instructivo que tenga que ver con sus obligaciones, que no todos las conocen.
Lo que si hacen los municipales de diferentes jurisdicciones es cobrar religiosamente los impuestos, lo mismo que empresas como Aguas de Catamarca o la ex Aguas del Valle, a las que habría que preguntar por qué cobran.
Sin otro particular y saludando la aparición de este nuevo medio, aprovecho la oportunidad para saludar al señor director.
Antonio Abel
LE 6.967.906
 

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