Correo de lectores

Carta a mi ladrón

jueves, 30 de septiembre de 2010 00:00
jueves, 30 de septiembre de 2010 00:00

Querido ladrón:
Pasada una semana desde el día en que me robaste y luego de reflexionar acerca de ello he decidido escribirte.
Quisiera ponerte al tanto de lo que llevaba en mi bolso, tal vez así puedas darle mayor utilidad al contenido.
Te cuento en primer lugar que el bolso que alegremente te atreviste a sacar de mi vehículo prácticamente delante de mis ojos, era un regalo de mis padres; la billetera que tan delicadamente “hurtaste” era un regalo de mi hermana; el reproductor de mp3 es nuevo, así que en caso de romperse puedo entregarte la garantía así hacés el reclamo correspondiente; los carnet de abogada y de la caja forense que son credenciales de mi profesión tal vez puedas usarlos para jugar al abogado; mi pendrive no tenía nada más que parte de mi trabajo y fotos con recuerdos imborrables, si tenés ganas podés grabarlos en tu memoria, tal vez sirvan para reemplazar lo que jamás tuviste; los lentes de sol deportivos, te cuento pasaron por decenas de carreras que gané, perdí, sufrí, entregué; con esos, por más que te los pongas, no vas a poder ver todo lo que yo pude ver representando a mi provincia, a mi club, a mí.
¿Qué más queda? Ah! El reloj polar que me regaló la empresa a la que pertenezco, como reconocimiento a los dos campeonatos argentinos de carreras de aventuras que gané, no te va a servir sin el sensor, de modo tal que si querés me dejas un domicilio y te lo envío sin cargo, te pido sepas disculpar los rayones que tiene, están allí por las veces que me caí en medio de las piedras, agua, barro, en San Juan, Misiones, Fiambalá, Corrientes, y tantos lugares más buscando la victoria.
El perfume se lo podés regalar a alguna mujer, aunque dudo sepa disfrutarlo, era el aroma que sentían mis niños desde que estaba embarazada.
En fin, todas esas cosas son materiales, pero...
¿Sabrás qué hacer con la libreta donde tenía anotada cada parte de la historia del nacimiento de mis hijos? Las tarjetas que iban en sus cunitas el día que nacieron y las pulseritas que decían que eran míos y que yo era de ellos ¿De qué te servirán?
No creas que estás redimido por haber tirado mi documento por ahí, pensando que tal vez así me solucionabas la vida. ¡No!
¿Cuánto te dieron por mi propiedad? Yo te hubiera dado más, aunque es mi criterio no comprar cosas robadas.
Podemos concertar una cita con mis anteriores ladrones que me robaron mi bici y con otros que hace dos meses me robaron todas las aberturas de mi casa, que ahora debo pagar nuevamente y con otros más que me robaron el teléfono celular (al nuevo te lo llevaste vos) y tal vez nos ponemos de acuerdo sobre qué más me pueden robar o tal vez formar “el club de los choros” de Marcela Elisabetta.
¿Te cuento algo más? La parte más graciosa de todo esto, es la pérdida de tiempo en la denuncia contra “autores desconocidos” que, por supuesto como todos sabemos, no sirve para recuperar mis cosas, sino para poder hacer los interminables trámites para no seguir indocumentada.
Querido ladrón, si me olvido de algún detalle no dudes en llamarme y te explico o entrego lo que te falte.

María Marcela Elisabetta
DNI 23561850

Respuesta
La lectora eligió la ironía para hablar de cómo le toca de forma directa el tema de la inseguridad en Catamarca. Se puede disentir con el estilo elegido, pero debemos admitir que lo de la inseguridad, es una realidad evidente.

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