Sr. Director:
Aunque no soy médico, haré un breve diagnóstico del gobiemo de mi provincia. Los facultativos no se cansan de insistir en que la mejor manera de preservar la salud es mantener en su grado óptimo el peso corporal, la presión arterial y la concentración del colesterol que ocasiona el estrés.
Esto puede traer como consecuencia la acumulación de grasa (familiares y amigos en todas las áreas del gobiemo provincial).
Es cierto que la herencia cumple un papel en ello, pero se puede contrarrestar la influencia adoptando hábitos más saludables, porque estos hábitos no son a veces acordes al Sr. Gobemador y lo que él precisa son obsecuentes y adulones. ¿O es que el Sr. Gobemador padece ya de presbicia?
Urquiza, Mitre y Avellaneda, respetaron sus mandatos cuando caducaron. Sáenz Peña, Irigoyen, Alvear también lo hicieron. Sólo Perón logró la reelección legítimamente en el Congreso de la Nación y Menen lo hizo a través del Pacto de Olivos y en las condiciones que todos conocemos.
Resulta que en nuestra provincia fuimos muchos los que nos opusimos a la Reforma
Constitucional y es cierto que la Constitución vigente es más amplia, porque las instancias del tiempo transcurrido lo requirieron, pero la de 1.965 nunca habló de re-re-elección y la que impulsó Don Vicente Saadi, mediante oscuros artilugios y con la complicidad de los constituyentes, incorporó re-re-elección.
Y hoy los que lucháramos en contra de esa re-re- ..... nos callamos, como el Dr. Oscar Castillo, el Dr. Horacio Pemasetti, el Dr. Augusto Cesar Acuña, y así también el Presidente del Bloque del Frente Cívico y Social, Jorge “Yayo” Agüero, y muchos más. Quisiera que me digan ¿hoy por qué están avalando la permanencia infinita del Sr. Gobemador?
Sr. Gobemador Ud. puede gobemar nuestra provincia indefinidamente porque la Constitución Provincial lo permite, pero no es ético y moral y no es saludable para la Democracia.
No lo comprendí entonces, ni lo comprendo ahora, es una barbaridad inconcebible.
Por la salud de la Provincia, todos los diputados y senadores deberían conjugar los valores para reformar la Constitución “Corporativa” actual y devolver una luz de esperanza al sistema democrático catamarqueño.
Parece ser que nuestro Gobemador de la provincia precisa un tocado de oro en la cabeza, un sayo de terciopelo rojo y una capa de armiño, para ser entronizado en el sillón de Avellaneda y Tula, como monarca.
Maquiavelo hoy nos diría ...que no hay que hacerse ilusiones, que el desorden no cesará de aumentar mientras el problema ético político no sea resuelto en nuestra provincia. Pero el problema no tendrá solución con los que quieren mandar y las multitudes que deben obedecer hasta que no se pongan nuevamente de acuerdo sobre un principio, claro, humano, de cómo y por qué el derecho a mandar y el deber de obedecer tienen que repartirse. Por eso señores legisladores es imprescindible que reformemos nuestra Constitución Provincial.

Jorge Córdoba Navarro
DNI 8.065.027
Las Pampas, Aconquija