En la escuela pública de enseñanza media Nº 80 de la ciudad de Chos Malal, provincia del Neuquén, los jóvenes recuperan la palabra: el viernes 9 de noviembre se inauguró un canal de televisión y una radio. El proyecto que se consolidó mediante el esfuerzo de la comunidad educativa y el respaldo del programa nacional del Ministerio de Desarrollo Social, que se llama “Mi Pueblo”, les permitirá resignificar el sentido de la comunicación.
Esta iniciativa se da en el marco de una sociedad en la cual nuestros adolescentes entienden la comunicación mediada por los grandes grupos empresariales. Ellos crecieron siendo espectadores pasivos. En un proceso donde no tienen voz, donde son meros oyentes silenciosos del discurso de un mundo de adultos que les dice qué tienen que decir, cómo vestir, qué tomar y cómo pensar para poder “ser”.
Entonces, esta sociedad mediatizada les hace creer que sólo se “es”, cuando te visualizan, y te visualizan si cumplís con esos modelos exitistas donde lo importante son las formas y no el contenido. Donde las pertenencias y las identidades se construyen de la mano del consumo.
Esta escuela pública, en su acción cotidiana, intenta revertir -con anclaje en valores- esa mirada donde sólo se destacan aquellos que llegaron; sin importar los que están en camino, o los que llegaron a una meta o a un lugar que para el sistema no les resulta funcional.
Como adultos y ante este escenario, pensar en una radio y un estudio de televisión en una escuela media, pública, argentina y del interior, es pensar en un ideal de escuela, donde los adolescentes y jóvenes puedan ser protagonistas de un espacio de creación, producción y reproducción de discursos propios, cuyos destinatarios son el “otro”, pero ese “otro conocido”, visibilizado en sus compañeros, en su familia, en sus amigos, en sus vecinos.
Lograr que los estudiantes dejen de ser prisioneros de esos otros discursos para trasmitir el suyo: propio y único. Donde su voz se constituye en el vehículo para expresar críticamente, su propia realidad, su propia subjetividad, con la real posibilidad de trascender, emergiendo al fin de los males que los acechan: la incomunicación, la exclusión, la postergación y la discriminación.
En aquellos sectores vulnerables de la sociedad, es la escuela pública, democrática, inclusiva y popular, quien promueve las acciones que garantizan la pluralidad de voces de todos los estudiantes, adolescentes y jóvenes, los que tienen mucho por decir e interpelar a un mundo adulto que tiene mucho por escuchar y aprender.
En ese sentido, a mediano plazo la construcción de estos nuevos discursos nos permitirá desarrollar nuevas formas de ver el mundo. Estas miradas propias, apoyadas en otros valores, nos ayudarán a pensarnos como protagonistas de nuestra realidad y no como meros espectadores pasivos seguidores de modelos que no son nuestros. Asimismo, este largo camino de construcción de una comunicación activa y participativa, generará nuevas subjetividades. Lo cual nos ayudará a construir una noción de democracia más plena.

Mónica Pardo
Docente del C.P.E.M. Nº 80 del Barrio Uriburu de Chos Malal.

Roberto Samar
Lic. en Comunicación Social – Docente de Filosofía Política Moderna UNLZ