Correo & opinión

Ascensos en Educación

miércoles, 28 de noviembre de 2012 00:00
miércoles, 28 de noviembre de 2012 00:00

Sr. Director:

Entre las tantas penurias que atraviesa la docencia catamarqueña y nacional, se está desarrollando un ataque en regla a la ley de contrato de trabajo que nos ampara, esto es el Estatuto del Docente.
Aunque desde el principio de esta gestión hemos denunciado que continuaba con las irregularidades de veinte años de Frente
Cívico, esta tendencia se ha extremado al punto de haber logrado dar vuelta como un guante la letra y el espíritu de nuestra norma fundamental, concretamente en lo que atañe a la carrera docente.
En efecto, es conocido que por imperio de la Ley 3122 (Estatuto del Docente), e incluso de la Constitución Provincial, los cargos docentes y su respectiva carrera se rigen por el orden de mérito y la trayectoria profesional. Es decir, para ocupar un cargo en el escalafón docente, es preciso haber ocupado los escalones anteriores del mismo: un vicedirector se designa entre los maestros de grado, un director entre los vicedirectores y un supervisor entre los directores en ejercicio. Al respecto, no cabe ninguna duda y así lo ha entendido la docencia históricamente.
Pues he aquí que la Resolución Ministerial N°901/12, con una serie de considerandos falaces, que hacen recordar a muchas maniobras ejecutadas por el gobierno anterior para acomodar a amigos, conmilitones y parientes, designa como supervisores a maestros de grado, derogando, en los hechos y por difusas razones al Estatuto. Concretamente, un director de 4ª Categoría del departamento Santa María, pasa a ser supervisor, salteando dos escalones del Escalafón. Un director de 4ª Categoría es el nivel más bajo del escalafón y equivale a un cargo de maestro de grado. Independientemente de los años de servicio o las condiciones personales del docente, lo cierto es que esto constituye una aberración. También se eleva a la supervisión a una directora de 3ª Categoría del departamento Belén. Y también es una aberración, dado que entre las funciones del supervisor, figura asesorar a los docentes y directivos de su zona y orientar en general el proceso educativo. ¿Cómo puede asesorar un director de 4ª Categoría, que no tiene personal a su cargo (son escuelas de personal único) a un director de 1ª o 2ª , que trabajan en unidades educativas harto más complejas? Después se oirán voces hablando de calidad educativa…
Pero no terminan ahí los atropellos de la citada Resolución. También asciende a Supervisión a una directora de 1ª categoría de la Capital, lo cual no sería reprochable, si no fuera que en este caso también se evade la norma estatutaria, ya que dicha designación debería hacerse siguiendo el listado de Orden de Mérito, elaborado por la Junta de Clasificaciones. Pero resulta que la Junta, actualmente formada solamente por representantes del Gobierno, no emite dicho listado y si lo hace, lo mantiene en el más absoluto secreto, cuando debiera ser público, como todo listado. Directores con quince años en el cargo se ven injustamente relegados de completar su carrera por esta arbitrariedad. No importan las razones que se esgriman, la violación de la ley es flagrante y evidente, y perjudica a docentes con trayectorias intachables y de hasta tres décadas en la actividad.
Sin duda, este ataque al Estatuto no es gratuito y preanuncia mayores ofensivas en el futuro, sin que ningún gremio docente haga oír su voz de protesta. Esta denuncia pública tiene el sentido de advertir al conjunto de los docentes de Catamarca, ya que se ha anunciado a media voz el lanzamiento de concursos para cargos directivos por el método antiestatutario pergeñado a principios del milenio por la gestión Castillo, y ése será, sin duda, un terreno propicio para llevar hasta el fondo esta tendencia, donde la carrera sólo dependerá de la amistad de los funcionarios o de la adherencia política de los docentes, tal como muchos denunciamos consecuentemente desde mediados de la década del 90, cuando el Banco Mundial instruía a Torcuato Sozio sobre la manera más efectiva de desmantelar las conquistas docentes, y llevar de lleno a la lógica capitalista neoliberal todo el sistema educativo argentino.

Antonio Torrente

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