La derecha latinoamericana en su laberinto

jueves, 20 de diciembre de 2012 00:00
jueves, 20 de diciembre de 2012 00:00

na serie de hechos paradigmáticos han marcado a fuego las oleadas aparentemente ofensivas de la derecha latinoamericana, que en realidad resultan defensivas, cuando los avances registrados por los gobiernos democráticamente elegidos en la región cuestionan los antiguos e inamovibles privilegios de otros tiempos.
La derecha local pretendió acorralar al gobierno de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, con la lamentable participación de alguno que otro sector “progresista”, aprovechando lo actuado por el Fondo Buitre NML y aparecieron ante la población sin máscaras, revelando su complicidad con los depredadores en su ataque directo a la soberanía nacional.
Subestimaron la capacidad de defensa de nuestros pueblos y fueron sorprendidos por la dialéctica con que manejó la situación nuestro país, advirtiendo a los bancos del poder hegemónico que un paso en falso como garantes de la reestructuración de una deuda en países en crisis acabaría con la credibilidad del sistema bancario, y dejaría sin salida a unos y a otros.
También trajo como consecuencia las investigaciones sobre estos Fondos Buitres y su accionar de saqueo contra países acorralados.
Ésta y otras sutiles estrategias llevaron al fallo del 28 de noviembre pasado cuando la justicia de Estados Unidos congeló la aplicación de la resolución dictada por el juez Tomás Griessa contra Argentina y en defensa de los Fondos Buitres NML.
De allí a la decisión del Tribunal del Mar en Hamburgo que ordenó la liberación inmediata de la Fragata Libertad y confirmó la ilegalidad de la medida tomada por la justicia de Ghana. El 17 de diciembre se conoció que la Corte Suprema de Bélgica falló a favor del gobierno argentino levantando también el embargo sobre sus cuentas diplomáticas que había sido dispuesto a solicitud del Fondo Buitre NML. Un asombroso silencio o minimización sobre este triunfo en los medios masivos de comunicación argentinos reveló su lamentable complicidad con “los buitres”.
De esta situación no tiene regreso la derecha local y sus asociados. Quedó “escrachada” en el mejor término que encontraron los jóvenes para señalar frontalmente a responsables de delitos de lesa humanidad en la pasada dictadura militar (1976-1983). El largo aleteo del buitre quedó suspendido en el aire, dejando un precedente jurídico muy importante para todos los países del mundo.
En Venezuela una derecha amoral festejaba la enfermedad del presidente Hugo Chávez Frías, a cuyo magnicidio invitaron una y otra vez, cuando la sorprendió el triunfo arrasador del oficialismo en las recientes elecciones gubernamentales del pasado 16 de diciembre en 20 de los 23 Estados con la recuperación de algunos estratégicos y estando ausente el mandatario.
Este triunfo dio por tierra con las primitivas ilusiones de los sectores derechistas perdidos en otros laberintos y cuya dependencia de recursos externos ha resultado en una limitación más, a medida que los pueblos ganan conciencia y participación.
Otro ejemplo cercano fueron los resultados de los comicios municipales de Brasil donde los partidos de derecha estaban seguros de haber golpeado la yugular del gobernante Partido de los Trabajadores, al lograr la vergonzosa condena de uno de los más antiguos dirigentes petistas como es José Dirceu, por presuntos actos de corrupción.
Aunque esos actos no fueron demostrados con la probatoria que demanda la justicia en cualquier lugar del mundo, la condena de Dirceu fue utilizada por la poderosa derecha brasileña, dueña de los mayores medios de comunicación, para intentar incidir en la voluntad popular en los comicios recientes.
Se intentaba así frenar toda posibilidad de una reelección para la presidenta Dilma Rousseff o un posible retorno de Luiz Inacio “Lula” da Silva al gobierno en el 2014.
Los grandes medios de comunicación juzgaron a Dirceu antes que los jueces y dictaminaron su condena también antes que éstos. La acusación se basó en artículos de esos propios medios, sin comprobación posterior. Fracasaron.
Podemos citar casos en cada uno de nuestros países para entender que estamos ante una escenografía cada vez más compleja para esa derecha. Los pueblos de América Latina están ganando estas batallas profundamente democráticas, y la dinámica de los cambios políticos asusta a las envejecidas derechas continentales lo que hace más virulentos sus zarpazos. Es bueno conocer a fondo sus juegos de baja intensidad, para que nada nos sorprenda en los tiempos que vendrán.

Stella Calloni
Télam

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