Ya pasaron 37 años y sin embargo aún hoy decimos 24 de marzo y nos estremecemos. Vemos la noche de la noche. El 24 de marzo es el día más nefasto de nuestra historia. Miren que nos pasó de todo como país, pero no hay nada comparable con el 24 de marzo de 1976. Fue el comienzo del reinado de la muerte. El de-sembarco del nazismo criollo. La coronación de los sueños de los peores hombres de este país. Esos mismos que querían muertes, torturas, desapariciones, campos de concentración, robos, violaciones, humillaciones, mutilaciones, censuras, extorsiones, sumaron todo eso y mucho más, logrando su resultado con 30.000 desaparecidos. Seguramente todas las sociedades en algún momento de su historia tocan fondo, descienden a los infiernos. A nosotros nos tocó vivir ese abismo el 24 de marzo de 1976.
Es nuestra responsabilidad recordar aquella carnicería social para recuperar y consolidar la memoria, la verdad y la justicia, elementos necesarios para el castigo de todos sus responsables. Que nadie olvide que estos dictadores con uniforme militar no dejaron delito por cometer. Que un genocidio no tiene ninguna explicación, ni justificación racional.
Sigue produciendo dolor el saber que los golpistas encabezados por Videla, Massera y su banda criminal utilizaron todas las formas de la muerte. Por shock eléctrico, por inmersión, por fusilamiento, por incineración, por sofocación, arrojando gente desde los aviones, sepultado seres humanos vivos en fosas comunes. No hay imaginación tan siniestra que pueda comprender los asesinatos y secuestros de niños, las torturas a embarazadas, a discapacitados, los tormentos a abuelos delante de sus hijos o nietos y las venganzas sobre familias enteras.
Eran tiempos en que según Eduardo Galeano los argentinos nos dividíamos en cuatro especies: los aterrados, los desterrados, los encerrados y los enterrados.
Por eso es una fecha para no olvidar jamás. El ejercicio de la memoria es sinónimo de salud mental para una sociedad. Para que el golpe no nos siga golpeando. Para que todos sepamos lo que nos pasó. Para que no nos vuelva a pasar ¡¡ Nunca más!!

Lourdes Rodríguez