Dice un antiguo adagio popular que la historia es un proceso circular. Que existen eventos cíclicos que se repiten cada un intervalo de tiempo, las más de las veces con diferentes actores, pero con la misma impronta.
A pocos días de cumplirse un nuevo aniversario de un luctuoso hecho que conmocionó la vida de los habitantes de nuestro país, nos es propicio recordar unas líneas de un poeta que ha sido considerado, desde siempre, una de las expresiones más clara del espíritu de resistencia y revolución frente a los atropellos verbales y la anomia política e intelectual de muchos de aquellos que, teniendo la oportunidad de vivir en democracia, emplean tiempo y recursos para volver la historia atrás, aun cuando ello conlleve el abandono de los más elementales principios de convivencia democrática y paz social.
Permítasenos, entonces, recordar estas líneas de un poema de Mario Benedetti: “En una exacta foto del diario, señor ministro del imposible, vi en pleno gozo y en plena euforia y en plena risa su rostro simple, seré curioso señor ministro, ¿de qué se ríe?”
Y es que estas líneas, son quizás la manera más clara de preguntarle al Sr. Secretario de Gabinete, Fidel Sáenz, en qué Provincia tiene el gusto de vivir.
Digamos quizás que en una Provincia pujante en materia energética en la que el aprovechamiento de los recursos ha permitido que noveles empresas se desarrollen en un marco de progreso económico sostenido, generando empleo genuino y capacitación. De ser así, deberíamos preguntarnos por qué los mismos funcionarios de gobierno sostienen la inviabilidad de obras que han sido promesas de su campaña. Hacen exposiciones mediáticas con acusaciones que rayan el plano judicial; y se van a su casa sin pena ni gloria.
Amén de ello, sus reemplazantes juran y perjuran que los aumentos que propician son sólo de quince pesos y que aquellos que protestan, cuando ven reflejados en su boletas de consumo incrementos superiores al 100, al 200 y hasta el 300%, son en realidad acaudalados magnates que se niegan a ver crecer a Nuestra Provincia. Porque, en realidad, parecería ser que la base para el cálculo de un impuesto está dada por el ingreso del contribuyente, sea real o aparente, y no ya por el uso que se hace del paupérrimo servicio.
O quizás, la gestión de más de un año del gobierno que menta el Sr. Secretario haga referencia a la seguridad de la que gozan los ciudadanos. Siempre y cuando, al hablar de seguridad, se haga caso omiso al hecho de que los robos en pequeña y mediana escala se han incrementado exponencialmente. Que las reparticiones oficiales pueden, y de hecho lo son, ser asaltadas a plena luz del día a cien metros de la Central de Policía, sin que nadie pueda dar una respuesta, ni mucho menos una explicación. Que los delitos de instancia privada crecen también a una velocidad alarmante; y, si bien pueden ser adjudicados a mil causas y motivaciones, no es menos alarmante corroborar que crecen a la par que crece la desocupación, el subempleo y disminuyen las condiciones sociales que deben asegurarse a nuestros conciudadanos para una armónica vida social.
O habrá que recordarle al Sr. Secretario que la violencia ya lleva a cuestas sus propios muertos. Que el grupo de riesgo por antonomasia, como lo son niños, niñas y adolescentes, no cuentan ni con instalaciones adecuadas, ni con los más mínimos recursos, ni con personal capacitado para hacer frente a su apremiantes necesidades. Que aquellos aquejados por el flagelo de la drogadicción, viven en la incierta promesa de una solución futura que nunca verán llegar, por más que reinauguren una y mil veces los mismos edificios.
Será quizás que las viviendas, el anhelo eterno de aquel que sufre la carencia de lo más elemental no son consideradas una política social, sino un trofeo de campaña, un parámetro de comparación, que no se concreta nunca y se multiplica en el aire con cifras irrisorias; mientras que, aquellos que sufren la necesidad, son acusados de delincuentes, perseguidos y estigmatizados. Obligados al silencio por el hecho de pretender hacer oír su protesta en las calles de su provincia, como último recurso ante la indolencia de los caprichos marito-feudales de quienes deben conducir el gobierno, por mandato y decisión del pueblo. Los mismos que invierten tiempo y recursos en perseguir fantasmas y amenazas que sólo ellos tienen la capacidad de ver. Y, ¿si en lugar de planear tanto, este gobierno, se decide de una vez a levantar vuelo? Preguntaría inocentemente una Mafalda catamarqueña. Más que decir es hacer, más que prometer es cumplir, les aconsejaría el General.
Cualquier catamarqueño, aún el más inocente, puede reconocer las obras que dejaron los años de gestión del Frente Cívico y Social. Y si se cometieron errores, se cometieron en la acción y no en la anomia absoluta de un estado estancado, que se victimiza e invierte su gestión en denostar, destruir, enfrentar y enfrentarse. Todo ello sin lograr comprender que no siempre dividir es reinar; y que, en última instancia, es el pueblo en las urnas quien merita, y en definitiva emite su juicio. Que no es premio ni castigo, sino la necesidad de abandonar las antinomias y retomar el camino de progreso que siempre ha estado latente, para el bienestar de Nuestra Provincia. El ingeniero Eduardo Brizuela del Moral es más que un nombre. Es el reflejo de una política de construcción, de proyección, de respeto y participación. Es el reconocimiento de las autonomías municipales. Es el compromiso y el apego a la ley. Es la coherencia de la edificación conjunta de los hombres que dentro del Frente Cívico y Social, creyeron y apostaron por una Catamarca diferente. Comprometida con sus recursos. Respetuosa de las diferencias.
En definitiva, el Ingeniero Brizuela del Moral y el Frente Cívico todo, fueron y continúan siendo, una fuerza motora con un solo objetivo: una Catamarca grande, en ejercicio de las garantías de un estado de derecho pleno y de paz social.

Juventud Movimiento Renovador

Heber Roberto Siede
Yanina Moya Arce
Rosa Alejandra Giménez
y siguen otras firmas.