Correo y opinión

Mis 17 años con papá

sábado, 15 de junio de 2013 00:00
sábado, 15 de junio de 2013 00:00

Esta semana cumplí 17 años. Estoy recorriendo el último año en la secundaria y preparándome para estudiar en la Universidad. Por eso quiero en esta fecha tan especial y a lo mejor en la última etapa de mi vida en común con mi padre, porque voy a irme a estudiar en otra Provincia, decirle que la vida es como nosotros la hacemos. Y en cada vida se repliegan y despliegan muchas vidas. Sin darnos cuenta, en el peor de los casos, transitamos una diversidad de ideas, sensaciones, deseos, motivaciones, que muchas veces ignoramos. En el mejor de los casos, esas vidas son sostenidas y conservadas como nuestro más bello tesoro y como el justo legado que nos debemos a nosotros mismos. Solamente rechazando la vida por mandato, podremos encontrar la vida por deseo y eso es lo que vos me enseñaste y solo para hacerte recordar algunas maneras de cómo me instruiste, te las enumero:
1. No me comparaste con nadie, especialmente con mi hermano. Porque sabias que si me hacías quedar mejor, alguien iba a sufrir; y si me hacías lucir peor, sería yo quien sufriría.
2. No me diste sin medida, todo lo que te pedía. A veces pido para saber hasta cuánto es razonable tomar.
3. No me gritaste. Te iba a respetar menos si lo hacías y me enseñaste a no gritar , tu respeto y tu prédica del mismo fue una piedra edificante.
4. No estuviste nunca dándome órdenes. En vez de órdenes, cuando me pedís las cosas lo haces con el por favor y yo hago todo más rápido y con más gusto.
5. Cumpliste las promesas que hacías, buenas o malas. Si me prometías un premio (aunque siempre fueron económicos y yo te entendía porque no podías más) me lo diste; si era una penitencia la sostuviste.
6. No dijiste mentiras delante de mí (aunque muchas veces te vi en apuros), ni me pediste que las diga por vos, ni siquiera para sacarte de un apuro (pusiste el pecho aún a costa de un mal momento para vos). Si era de otra forma me iba sentir mal y perder la fe en lo que decís.
7. No cambiaste de opinión sobre lo que debo hacer; siempre te valoré por ser decidido y mantener tu decisión, porque si no hubiese vivido siempre pendiente del próximo cambio de idea.
8. Me dejaste valerme por mí misma. Porque si lo hacías todo por mí, nunca podría aprender. Por si lo olvidaste sólo se aprende de los errores.
9. Cuando estuviste equivocado en algo, lo admitiste, he hiciste crecer la opinión que yo tengo de vos y de paso me enseñaste a admitir también mis equivocaciones.
10. No me exigiste como jamás creo me exigirás, que te diga “por qué lo hice” cuando hago algo que no está bien. A veces ni yo misma lo sé.
11. Me enseñaste a amar al prójimo y me diste los valores para conocer a otras personas por lo que son y no por lo que tienen. No importa si la vida me lo va a enseñar de todos modos; porque de nada vale si veo que vos no amás ni vivís en contacto con el prójimo sin que importe lo material.
12. Jamás me dijiste que haga alguna cosa si vos no la hacías (para colmo siempre demostrás que sos muy bueno, especialmente en el estudio aunque no tengas un título, pero eso no importa con mi hermano Leandro ya te dimos uno). Yo aprendí y aprendo siempre de lo que hacés; pero me costaría hacer lo que decís si no tenés coherencia con tu propio actuar.
13. Nunca me dijiste: “No tengo tiempo para tonterías” cuando te conté un problema mío. O “Eso no tiene importancia”. Siempre has tratado de comprenderme y ayudarme.
14. Y sobre todo si es cierto que me querés, decímelo de vez en cuando. A mí me gusta oírtelo decir, aunque vos no creas que sea necesario y aunque yo no lo diga.
Gracias por todo querido viejo y en vos hago extensivo mis saludos a todos los padres en este día, estén o no en este mundo. Felicidades.

Lourdes Rodríguez

Comentarios

Otras Noticias