Correo y opinión

400 años

miércoles, 26 de junio de 2013 00:00
miércoles, 26 de junio de 2013 00:00

Luego de participar de los festejos y homenajes por los 400 años de vida de mi querida Universidad de Córdoba los días 17, 18 y 19 de junio, deseo reflexionar sobre el acontecimiento con el derecho que me confiere el ser egresado de ella y por haber vivido intensamente los años que me tocaron transcurrir en ella. Todavía hoy la siento mía y seguramente volveré a ser estudiante por voluntad propia. Cuando Fray Fernando Trejo y Sanabria, en 1613 la fundó, seguramente nunca imaginó que el hecho iba a adquirir con el tiempo tanta trascendencia. Pocas universidades en el mundo llegaron a trascender los límites del lugar de origen y al país a que pertenecen. La UNC es una de ellas. Su rica historia fue la causa de su grandeza. Córdoba no puede escribir su historia sin nombrarla, tampoco el país y lo mismo América latina. De inicio Jesuítico, meramente teológica por los acontecimientos históricos y culturales que devinieron sus aulas se fueron adaptando a las épocas, y así fue caja de resonancia de cuanto acontecimiento político, social y cultural se sucedían en Córdoba y el país. Pero la Reforma Universitaria de 1918 fue el acontecimiento que la catapultó definitivamente al plano político, cultural y social de trascendencia continental. El GRITO DE CÓRDOBA se sintió en toda América latina e hizo tambalear las estructuras arcaicas, clericales, dogmáticas y elitistas que caracterizaban la cultura de la época. Lo nuevo, laico, liberal y revolucionario se abrió paso y marcó el hito que la UNC lleva en sus entrañas hasta la fecha. El manifiesto liminar reza: “Córdoba se redime, desde hoy tenemos una vergüenza menos y una libertad mas”. Así la conocen los estudiantes de la Patria Grande a Córdoba y a su Universidad. Tampoco Deodoro Roca, Enrique Barros, Gabriel del Mazo o Gumersindo Sayago imaginaron la grandeza de lo que estaban dirigiendo y del alcance que en el futuro tendría el movimiento reformista. Su legado fue la base de innumerables gestas que el estudiantado dio en defensa de su autonomía y contra intervenciones dictatoriales que pretendieron retrotraerla a épocas superadas. Sus principios básicos hoy son aplicables luego de casi 100 años de vigencia. De selecta y clasista ayer, la UNC se enorgullece de escuchar tantas tonadas distintas del interior y del exterior formando el hermoso coro de la diversidad cultural y social que hoy la caracteriza y nos enorgullece. Su esencia, el anverso y el reverso de la misma moneda la hicieron grande y así lo demuestra el documento llamado Carta de Córdoba rubricado por los rectores de las universidades nacionales, donde se reafirman los principios reformistas con proyección al futuro. Los coros de las distintas facultades impregnaron con sus sinfonías la Manzana Jesuítica, el Paseo de la Reforma y la hermosa Ciudad Universitaria donde se realizaron los actos centrales. También se rindió merecido homenaje a la Vice rectora de la UNC recientemente desaparecida, inaugurándose el “Paseo Doctora Hebe Goldenhersch” sobre el cantero central del Bulevar Chacabuco.
Se inició para pocos y el tiempo y el pensamiento que sus grandes hombres transmitieron a las generaciones venideras la hicieron para muchos, así lo demuestra el eslogan actual; “ES PÚBLICA, ES GRATUITA, ES DE TODOS.” Feliz cumpleaños querida universidad, gracias por tu formación y estemos seguros que las nuevas carnadas conservarán tus legados y los adaptarán a los nuevos tiempos para que sigas por el camino de la libertad y amplitud del conocimiento.

Alberto Cerda Espósito

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