Por Mariano Fredes

En el epílogo de este 2018 al que mañana le diremos adiós, bien vale hacer una pausa en la habitual consigna de destacar un hecho semanal, para permitirnos esta vez ensayar un breve balance del año que concluye.

Son innumerables los ángulos desde los cuales puede uno ubicarse para analizar en retrospectiva el ciclo que llega a su fin, y cada uno optará por definir qué óptica prefiere. Aparecerán los balances personales, familiares, las evaluaciones vinculadas con la marcha de la provincia y del país. Surgirán cuestiones afectivas, económicas, laborales… y en todos los órdenes seguramente contaremos con logros y tropiezos, con un resultado final, positivo o negativo, dependerá casi siempre de las metas que nos hayamos propuesto.

Lo cierto es que vivimos en comunidad, y eso nos permite también compartir una mirada conjunta sobre la realidad que resulta común a todos.

Es difícil, en ese ejercicio, soslayar cuestiones como la inestabilidad laboral y económica, que castigó con dureza a enormes sectores de la sociedad, sumidos en la pobreza extrema, y también a una enorme franja de trabajadores que perdieron su fuente de ingresos, con toda la angustia que eso genera en el núcleo familiar. No fueron casos aislados: Hubo cientos en Catamarca y miles en el país.

Es un dato clave, porque los despidos son consecuencia de una política económica que, acompañada por ajustes, tarifazos y endeudamientos; parece aplicarse sin la necesaria dosis de sensibilidad social.

Estos factores significan que el año 2018 fue especialmente duro, un año donde los proyectos de crecimiento y desarrollo fueron desplazados por la mera lucha por la supervivencia. Y ese panorama ya no se limita a los hogares, sino que se hizo extensivo a las pequeñas y medianas empresas.

Fue un año de grandes debates sociales, de discusión sobre la interrupción voluntaria del embarazo, del reconocimiento de más derechos para la mujer, de condena del machismo, y es positivo que todo se debata; aunque sigue siendo una deuda pendiente aprender a disentir sin descalificar y a respetar al que piensa diferente.

Fue un año marcado en lo deportivo por la enorme ilusión y la renovada tristeza por la participación argentina en el Mundial de fútbol, un acontecimiento que por fin logra unir a la mayoría del pueblo, pero que condujo a una nueva desazón. La fiesta grande quedó para los simpatizantes de River Plate, que vivieron una temporada inolvidable.

Y así se despide este 2018, para dar lugar a un año donde tendremos elecciones, donde aparecerán nuevos sueños, y donde más allá de lo que decida la ciudadanía, el mayor deseo es que la situación mejore por todos aquellos que realmente la están pasando mal.

Gracias por acompañar esta columna, gracias a quienes sumaron sus opiniones en los distintos temas propuestos, y nos reencontraremos la semana próxima.

Como siempre, para enriquecer nuestra visión, sumamos la opinión de calificados invitados.

Jorge Sola Jais  - Presidente del la Camara de Senadores  - FPV

UN AÑO DE METAS CUMPLIDAS

El 2018 fue un año de metas cumplidas en el desarrollo del trabajo institucional que se inscribe dentro de la Cámara de Senadores de Catamarca, siguiendo los lineamientos de la primera mandataria provincial Lucía Corpacci, esta Presidencia en consenso con el resto de los senadores se basó en perseguir el logrado éxito del trabajo parlamentario, la restitución de los derechos laborales, la transparencia institucional y la contención social.

En primer lugar, es menester reconocer a los Senadores que desde su lugar de trabajo motorizan la estructura funcional del Poder Legislativo de Catamarca, y a través de su servicio hicieron el Periodo 2018 sea fructífero en la producción legislativa, ya que se batió record en la presentación y aprobación de proyectos.

A partir de una planificación estratégicamente delineada se buscó la restitución de los derechos laborales, fortalecer el sentido de pertenencia y apuntalar la eficiencia del empleado, que a su vez mejoró la calidad del servicio que ofrece al ciudadano. Bajo el lema de que “Los trabajadores más productivos son más felices” (economista Eduardo Lora) se mejoraron las condiciones de empleo y se suministró las herramientas a los agentes para potenciar la productividad del trabajador; con capacitaciones, provisión de equipamiento tecnológico y de insumos para el cumplimiento de las responsabilidades de cada área, refacciones en las instalaciones, cobertura del servicio de sepelio para todo el personal y la reestructuración del sistema de adicionales y estabilidad para 450 empleados.

La metamorfosis en la Cámara de Senadores, también se produjo bajo la lógica de la transparencia en un Poder del Estado más público y más responsable ante el motivo central de su existencia: los ciudadanos. A través un proyecto comunicacional de gran impacto en la comunidad, como las transmisiones en vivo de las sesiones a través de las redes sociales se abrió nueva posibilidad de la comunidad catamarqueña a tener acceso directo e inmediato al desarrollo de la actividad parlamentaria, es una fuerte apuesta de la Institución hacia la transparencia y un peldaño más hacia la construcción de una democracia más participativa y de una auténtica República.

Este rediseño incluyó la transparencia administrativa, como una garantía de la forma democrática y republicana del Estado que busca que Los procedimientos se cumplan y terminar con la omnipotencia de las autoridades públicas. Con las innovaciones que imprime la modernidad, es deber legal y ético del Estado rendir cuentas de su administración, y es derecho y deber de todos los ciudadanos reclamar por la transparencia.

Para finalizar, es menester destacar que llevó a cabo un sistema de acciones públicas que buscan generar una red de contención social ante los efectos negativos de las políticas económicas nacionales que se acentuaron en estos últimos meses. Por eso desde la Dirección de Promoción Social de la Cámara alta, se reforzó el compromiso para disminuir las desigualdades sociales de nuestra Provincia, cubriendo y resolviendo las demandas de las personas, sobre todo del interior provincial, en el corto y mediano plazo.

Seguramente quedan cosas pendientes en estos ejes laborales que vamos a subsanar. Para este 2019 tenemos previsto agregar a las áreas del Estudio de Grabación y Jardín Maternal del Senado al organigrama institucional para normalizar la situación laboral de dichas áreas; y sumarnos a la modernización del Estado, lo que nos asegura mayor acceso a los actos administrativos y mayor control de los ciudadanos sobre este Poder del Estado.

Dr. Rubén Manzi - Diuputado Provincial ARI

IMPRESIONES SOBRE EL AÑO QUE TERMINA

Como cada cierre de año, es buen momento para hacer un balance. Desde lo personal, en esta etapa de mi vida, siento que pude profundizar mi vocación política y mi decisión de trabajar por Catamarca, con un criterio amplio.

Vivo y siento lo que gran parte de los catamarqueños vive y siente: Que estamos estancados. Pero también aboné la convicción de que tenemos muchas oportunidades y fortalezas sobre las que tenemos que trabajar para lograr la provincia que soñamos.

Mirando al país, hay algunos hechos que son centrales y no es de un simple ir y venir de la historia; representan un cambio cualitativo que se asoma en un país que quiere, difusamente, el cambio.

Estamos en una transición. La década pasada vivenciamos la exaltación discursiva de ideologías de la modernidad: asistimos a la construcción de un relato ideologizado y sesgado de nuestra historia. Aun discutimos más del pasado que del futuro.

Queremos la unión, pero nos desgastamos en la grieta.

Este año asistimos a la caída de liderazgos que en su momento se erigieron en una esperanza para amplios sectores de Latinoamérica.

La épica construida con el discurso nacional y popular no pudo resolver la necesidad de tener una sociedad que se asiente en un pacto pre-ideológico: “un pacto de valores”.

El ideal redistributivo no resolvió la dependencia que el país tiene con los vaivenes del mercado internacional, controlado por los precios de los commodities.

La pobreza nos lacera.

La macro economía no logró acomodarse del todo para salir de la transición dolorosa y comenzar una etapa de desarrollo, de producción y de exportación, con un país que salde muchas décadas de déficit fiscal.

Pero hay hitos que marcan el cambio: Por primera vez en nuestra historia amplias franjas de la población reconocen que con altos niveles de corrupción no hay nación próspera posible. Por primera vez se expuso un sistema de corrupción organizado desde el vértice del poder político. Por primera vez se expusieron y exponen grandes empresarios y grandes empresas como participes necesarios de graves hechos de corrupción.

¿Estaremos ante el umbral de un “Nunca Más” de la corrupción organizada y motorizada desde el corazón del Estado Nacional?

Este año se expandieron y generalizaron debates que atraviesan la sociedad: la “revolución de las mujeres” ha cambiado y seguirá cambiando nuestra cultura, nuestros supuestos y nuestras relaciones sociales y familiares.

Localmente el gobierno provincial administró como pudo la renta provincial, básicamente dependiente de la coparticipación, pero logró, gracias a las políticas nacionales y a una dosis de prudencia, sostener el equilibrio fiscal, pero no pudo revertir el esquema de no desarrollo. Fuimos informados con medias verdades y no se mostró un plan creíble y sustentable en salud, en educación, en seguridad.  En síntesis, un año inestable y contradictorio, pero un año en el que, a pesar de voces agoreras, sostuvimos la decisión de cambiar.

Ahora, el desafío es lograr despegar. Despegarnos de prejuicios que nos atan al pasado y quebrar el estancamiento de nuestra provincia.

Muy feliz año nuevo!