Columna de opinión del CPN Germán Vittore

¡Neoliberalismo!

La “teoría del derrame”.
domingo, 2 de junio de 2019 01:31
domingo, 2 de junio de 2019 01:31

Esta Columna es una continuación de la pasada, donde les planteaba ¿Qué País, y qué Estado, queremos? y exponía dos modelos contrapuestos (el “A” tildado de “Populista” y el “B” categorizado de “Neoliberal”) realizando una cronología, de cuándo se aplicó cada uno en nuestro País, desde los últimos 42 años; y será además, la base para la próxima.

Para continuar con el análisis nos preguntemos ahora: ¿Qué es el “neoliberalismo”? ¿Es una doctrina que tuvo o tiene algún éxito en Países como el nuestro? ¿Es el actual Gobierno Cambiemita, “neoliberal”? Comencemos.   
 
¿Qué es el “neoliberalismo”?

Para eliminar cuestionamientos de cualquier tipo, veamos como lo define la enciclopedia más popular del mundo virtual; la cual sucintamente dice: “corriente económica que propugna la reducción de la intervención del Estado al mínimo”. 
Luego menciona que actualmente el término suele asociarse con “políticas que promueven una amplia liberación de la economía, el libre comercio en general, grandes reducciones del gasto público y de impuestos, así como la disminución de la intervención del Estado en la sociedad y economía” y que generalmente es asociado a la “derecha” o “ultraderecha”.

Yo le agregaría a esta definición: “que en Países periféricos y subdesarrollados la liberación no sólo es comercial sino también financiera (incluyendo la desregulación del mercado de capitales y el fomento de la especulación); promoviendo la dolarización, primarización y desindustrialización de su economía y la no emisión monetaria (anteponiendo el desenfrenado endeudamiento externo)”.

El “neoliberalismo” es la nueva doctrina (versión ampliada y recargada) del “liberalismo clásico”. Que según el pensamiento de uno de sus principales exponentes (el economista escoses “Adam Smith”) la eco-nomía funcionaba como la naturaleza, con sus propias leyes, a la cual había que dejar actuar libremente; pregonaba la no intervención del Estado en cuestiones económicas, el cual sólo debía administrar justicia, defensa y realizar algunas obras públicas que ningún privado llevaría a cabo (puentes, puertos, etc.). Es decir que el “Mercado” es la mejor forma, que tiene la Sociedad, de asignar y distribuir los recursos.
Es importante aclarar que el ideal de este pensamiento económico es el de mercados con “competencia per-fecta” (donde hay productos idénticos, igualdad de condiciones y existen muchos y pequeños oferentes y demandantes; donde ninguno por sí solo, puede afectar el precio de equilibrio -casi inexistentes en el mundo actual-).

Es decir que el “neoliberalismo” promueve el libre mercado, la reducción y no intervención del Estado, la apertura económica y la desregulación financiera (¡todo liberado!, ¡sin Estado!). Para lo cual recomienda principalmente:
- liberar el comercio y la movilidad de capitales, es decir la libre entrada y salida de productos terminados (industrializados) y de fondos especulativos (¡“abrirse al mundo”!); 
- políticas restrictivas tanto 1) monetarias como 2) fiscales: 
1)    reduciendo la oferta/emisión de dinero y aumentando las tasas de interés para combatir la inflación y evitar devaluaciones de la moneda (¡¿les suena?!) y 
2)    aumentando impuestos al consumo y reduciéndolos sobre la producción, la renta individual y los beneficios de los empresarios, eliminando también regímenes especiales y disminuyendo el gasto público (otra vez, ¡¿les suena?!); 
- Privatizando o disminuyendo la participación del Estado en las Empresas Públicas; considerando que los privados tienden a ser más eficientes y productivos y que el Estado debe achicarse (con algo de memoria, ¡¿les suena?!).


“Teoría del derrame”

De esta manera, el “neoliberalismo”, considera que se promueve el crecimiento económico (del P.B.I.); el cual recaerá sobre toda la Sociedad y será la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar individual. Es decir que se pregona la “teoría del derrame o goteo económico”, donde el mayor éxito de una economía se sustenta bajo pocas o nulas regulaciones y la libertad del mercado; las que produ-cirían tanta riqueza e inversión, que se “derramarían” de los estratos más ricos a los más pobres, beneficiando a estos últimos.

Un ejemplo de esta teoría: las regulaciones laborales (que fijan el salario y los derechos de los trabajadores) son innecesarias y obstaculizantes para la productividad; ya que si no existieran, se incentivaría la inversión, se generaría más riqueza (a los dueños de las empresas) y en consecuencia los salarios aumentarían naturalmente (ya que estos últimos derramarían su riqueza sobre los trabajadores -y no la fugarían a los paraísos fiscales; agrego yo-). ¿Se comprende el concepto?


¿Es una doctrina que tuvo o tiene algún éxito en Países como el nuestro?
  
Veamos, ¡exclamando!: 
- ¡Se liberan los mercados! 
Aunque no existan casi los de competencia perfecta y nuestra economía este altamente concentrada, extranjerizada y con fuertes “monopolios” y “oligopolios cartelizados”.

- ¡Se reduce y achica el Estado! 
Favoreciendo las privatizaciones de empresas públicas y poniendo en riesgo las prestaciones de ser-vicios elementales y derechos universales.

- ¡Se abre y desregula la economía!
Que destruye nuestra, incipiente y en vías de desarrollo, industria (que no puede competir con la de los países con mayores escalas y desarrollados), permite la libre entrada y salida de capitales especulativos y la fuga de divisas. 

- ¡Se dolarizan los recursos naturales y se devalúa nuestra moneda!
Concentrando la riqueza, primarizando (aún más) la matriz productiva y provocando una escalada inflacionaria desenfrenada; que menoscaba el ingreso real nacional y provoca una gran redistribución regresiva.

- ¡Se suben las tasas de interés!
Intentando combatir la inflación (¡autogenerada!) fomentando la “timba financiera” y liquidando el consumo interno y la inversión productiva.

- ¡Se reduce la emisión monetaria y se incrementa el endeudamiento externo!
Generando, con la primera, más recesión (“enfriando la economía”) para intentar combatir la (ya mencionada autogenerada) inflación; y con la segunda, para cubrir el creciente déficit de balanza comercial externo (que se dispara por la apertura importadora realizada), la fuga indiscriminada y el creciente pago del capital e intereses de la deuda tomada.

¿Qué les parece? ¿Con este modelo, existe alguna posibilidad de crecimiento/de éxito para las mayorías del Pueblo argentino?

Si aún tienen alguna duda veamos que dijo el Papa Francisco en el año 2013 en su exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” (n54):“Algunos todavía defienden las teorías del “derrame”, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad del mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante” (sic). 

Más claro sólo el agua, no? ¡“Jamás ha sido confirmada por los hechos”! dice nuestro Papa; yo solo discrepo en que exista una “burda e ingenua bondad” ya que considero que, a la luz de los hechos y nefastos resultados, existe también una “premeditada y cipaya perversidad”. 

“Haz lo que digo y no lo que hago”

Esta es una ideología que promueven y pregonan (“hacia afuera”) las grandes potencias mundiales (principalmente el País del Norte de nuestro continente) para que sea aplicada en los Países periféricos y subdesarrollados del mundo entero (y en especial, los de su “patio trasero”) para poder colocar libremente su producción industrial y tecnológica (de alto valor agregado y que garantiza su crecimiento económico), sus excedentes financieros (con préstamos o inversiones con rentabilidades que no existen en otras latitudes del orbe) y para garantizarse, al menor precio posible, su abastecimiento de recursos naturales y materias primas alimenticias.

Ahora; de puertas hacia dentro, estas potencias promueven: # la protección de su economía (¡no la apertu-ra!; un claro ejemplo es la actual gran guerra comercial entre EEUU y China); fomentan la industrialización (¡no la primarización!), con grandes barreras arancelarias y fortísimos subsidios; # regulan el flujo de capitales especulativos y manejan con mucha reserva las tasas de interés; # emiten moneda y manejan grandes déficit fiscales para promover el crecimiento económico (¡tienen grandes gastos públicos!); # cobran fuertes impuestos progresivos (¡no regresivos!); # nacionalizan y combaten crudamente los oligopólios y monopólios; # etc., etc., etc. (es decir que un poco más, y los podríamos tildar de ¡“populistas”!). 

 
¿Es el actual Gobierno Cambiemita, “neoliberal”?

Una vez comprendido y asimilado todo lo expuesto; nos preguntemos: ¿Es el Gobierno de esta 2da. Alianza Cambiemita, un gobierno neoliberal? ¿Qué les parece? 
En la próxima columna analizaremos qué medidas implementó y despejaremos cualquier tipo de dudas que aún puedan tener.
Fuerte abrazo y hasta la próxima.
 

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Comentarios

3/6/2019 | 18:28
#149006
Estimado columnista. Mas allá de lo q expusiste .mi pregunta es: 1ro que pais populista existe hoy por hoy. 2º porque los habitantes de los países. P populistas se van a los que no lo son ? Cubanos y todo los centro americanos?

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