33 de mano

“Por favor, guárdeme alguito para Navidad”

martes, 22 de diciembre de 2020 01:15
martes, 22 de diciembre de 2020 01:15

El papá de varios niños, joven todavía, es alguien conocido en la zona de Polcos. No es la primera vez que sale a la calle a pedir para sus criaturas. Lo hace cuando llega el invierno en procura de obtener prendas de abrigo para sus más pequeños y volvió el pasado fin de semana: tenía que hacer el trabajo de avisar que volvería el jueves 24, pidiendo “por favor, si puede guardarme algo para los chicos, para  la Nochebuena”. También anduvo el domingo  Lili (según dijo ella,  es como la llaman). Lili tiene unos 12 años, es rubia y camina llevando de la mano a su hermanita que anda por los 5 con sus rulos al viento. La misión era poner en aviso a los vecinos que volverá pasado mañana “a buscar alguito para llevar a casa para la Navidad, por favor guárdeme lo que sea”, pide con respeto y mucha esperanza en que la diligencia tendrá éxito. Ambos casos tienen el mismo común denominador: la pobreza. Se les nota en el rostro cansado de andar. En la ropa gastada por el uso prolongado. En el calzado que pide cambio. En la mirada afectuosa del que espera recibir una ayuda. En ese “muchas gracias, el jueves paso a la tarde”, que duele y a la vez emociona. Porque a no dudarlo que son muchos los hermanos catamarqueños que están en una situación similar, dramática por cierto. Cientos y cientos. Pobres que no tendrán que poner en la mesa navideña y se dormirán a la medianoche con la serenata de los coyuyos, que siempre habrá de sonar mejor que los desafinados y molestos ruidos que provoca el cueterìo. ¡La pucha que da bronca la pobreza! Como la de Luis, inspiración de León Gieco: “Toma Luis, mañana es Navidad, un pan dulce y un poco de vino, ya que no puedes comprar”.

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En la página 11 de su edición de ayer, El Esquiù. COM titula una información: “Solidaridad: donarán 600 cenas navideñas”. Nos alegramos y pensamos: serán 600 familias que, protocolos mediantes, podrán levantar una copa y pronunciar el inequívoco deseo: ¡Feliz Navidad! La buena noticia la generó, una vez más, la red solidaria “Llevando sonrisas”, cuyo principal referente es Sebastián Ortiz, joven que fue protagonista del espacio “Cara a cara” en este mismo diario por su trabajo solidario. Por cierto que son muchos los grupos que trabajan para ayudar en estas fiestas de fin de año a los vecinos más carenciados, algunos sumidos en necesidades extremas, gesto que actúa como un calmante en medio de tanto dolor que provoca la pobreza. Por suerte, no todo está perdido y hay quienes ponen alma y corazón para acudir en ayuda de los que están necesitando una mano amiga, mucho más aún en un año castigado por una impiadosa pandemia que trajo más miserias a sectores hartos de vivir en la miseria.
Nuestro profundo reconocimiento a quienes cumplen con la digna empresa de ayudar al hermano golpeado por las carencias. Pero entendemos que la pobreza debe ocupar el primer lugar en la agenda de gobernantes, funcionarios, diputados, senadores, intendentes, concejales. De todos quienes ocupan un cargo público y pueden hacer algo en favor de los pobres. Sin distinción de partidos políticos. Tanto del oficialismo como de la oposición. Piensen y miren un poquito más allá de familiares y amigos: allí están los militantes de la pobreza. Son los mismos a quienes les golpean las manos de la humilde casita para pedirles el voto en tiempos de elecciones. No les mientan. No les prometen nada que no podrán cumplir. No les repitan  el gastado verso de siempre. Trabajen para sacar a los pobres de la pobreza. Ese es el deber primero. Que cada catamarqueño represente un ciudadano digno. Y no solamente un voto. ¡Feliz Nochebuena!

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