Así en la vida como en cada una de sus profesiones: más de 40 años de matrimonio hablan de un camino recorrido  juntos. Ella es psicóloga y él médico cirujano, atravesados por el común denominador del prestigio. Compartimos con ellos una entrevista para conocer qué nos dejó un año signado por la pandemia y las perspectivas de lo que vendrá. Una mamá y un papá, dos ciudadanos, dos reconocidos profesionales, dos vecinos elegidos para hablarnos de las cosas que nos preocupan y de las esperanzas futuras. En nuestra última entrevista del año, les dejamos el pensamiento de Carmen Inés Martínez y Fidel Eduardo Avalos.

  -¿Fue el 2020 el peor año que les tocó vivir?

  -Carmen: Este ha sido un año muy difícil, sobre todo por lo inesperado  y la tremenda incertidumbre que produjo esta pandemia que todavía está instalada porque no hay seguridades respecto a lo que va a pasar el año que viene. Además, esto se produce en un contexto mundial y en nuestro país se complicó demasiado cuando se instaló una crisis de confianza que nos llevó a dudar sobre los efectos de esta cuarentena terriblemente prolongada, producto de una serie de medidas que se fueron tomando. El aislamiento, que  afectó notoriamente la economía, nos lleva a pensar qué es lo primero: la salud o el trabajo. Considero que a ambas cosas hay que contemplarlas de manera conjunta, porque  la calidad de vida también depende del trabajo: si pierdo mi trabajo, también me voy a enfermar. Y más en una situación como la que estamos viviendo. La salud, de alguna manera, es el medio que me permite cumplir los proyectos que me propongo en la vida. Es indudable que se priorizó el aislamiento en reguardo de la salud, pero que afectó notablemente la economía.

  - Eduardo: Creo que lo que más no afectó fue el largo tiempo de restricciones. Ha sido éste un año para olvidar. En lo personal, recuerdo que apenas tenía un año de médico de guardia recién recibido, vivía en Córdoba y  me tocó vivir el “Cordobazo”, en el `69. Pero esto es mucho más impactante por sus efectos en lo social, lo económico; la salud mental, la salud física. 

  -Carmen: la cuestión del aislamiento fue generando en la gente efectos muy fuertes, como  la imposibilidad de ver a su familia. Esto genera soledad, preocupación, profundización de los síntomas que ya tenía de ciertas patologías; también sentimientos de inseguridad, de miedos, depresiones que determinaron en muchos casos una verdadera desolación y desánimo. Y ello tiene consecuencias severas  en la salud psíquica de las personas, como ser la crisis de pánico.

  -Eduardo: Además, no se sabe a ciencia cierta, porque no hay estadísticas, y no habrá hasta el año que viene,  sobre la mortalidad real que provocó el virus, es decir: los que murieron por coronavirus y los que murieron con coronavirus. También, paradójicamente aumentaron los accidentes de tránsito.

  -¿Cómo se imaginan el día después, la etapa de la pos pandemia?
  -Carmen: con incertidumbre y  en medio de una crisis de confianza. No hay certeza de nada.

  -Eduardo: No hay credibilidad por parte de la gente. A vos te dicen que tenes que usar el barbijo, quedarte en tu casa, no salir. Y los políticos hacen todo lo contrario. Todos tuvieron que hacer un esfuerzo y los políticos no se bajaron ni siquiera un centavo de sus sueldos.

  -Por qué creen que se ha instalado la desconfianza en todo lo que está pasando respecto de la pandemia?

  -Eduardo: Hay una cuestión y es que la ciencia tiene que ser neutra y que cuando se ideologiza, deja de ser ciencia. Porque se sesga. El científico tiene que hacer aisladamente de toda ideología y cuando eso ocurrió, como en Alemania, las consecuencias fueron terribles. La ciencia al servicio de Alemania, en una época, fue tremenda.

  -¿Quiénes creen que padecieron más la pandemia: los mayores, los jóvenes o los niños?

  -Carmen: Es difícil decirlo. Están, por ejemplo, los niños que no fueron a la escuela; no han tenido educación. Si bien es cierto que muchos padres colaboraron en la educación de sus hijos, hay muchísimos chicos que han quedado absolutamente afuera del sistema, no han podido asistir a clases y tampoco pudieron acceder a la comunicación que ofrecen los medios técnicos, como ser una computadora.
  
-Eduardo: Todavía nos sabemos los resultados finales. Se cortó la sociabilización de los chicos de la primera infancia.

  -Carmen: en el caso de los adolescentes, algunos continuaron con sus estudios; pero otros los dejaron. Y en el contexto de los adultos, muchos han dejado de continuar con sus tratamientos de salud porque no pudieron ir al médico.

  -Eduardo: Están aquellos que tenían un proyecto de vida, sea familiar, profesional o económico y se les cortó por la pandemia. En muchos casos, en la Argentina lo que se cerró quedará así: cerrado, en medio de una burocracia administrativa tremenda. Y esto influye en el ánimo de la gente y los proyectos no se cumplen. No hay estímulos desde los poderes públicos. En un escenario tan burocrático, cuando tocas algo, están tocando un interés: ya sea sindical o político.

  -Recientemente vimos “Los personajes del año” de la revista Gente: algo grotesco, salvo honrosas excepciones. ¿Cuáles creen ustedes son los verdades personajes de este 2020? 

  -Carmen: ¡La gente de salud! Los que estuvieron en contacto con la enfermedad, exponiéndose a cada instante, trabajando tantas horas, días y meses. Y lo hicieron recibiendo bajos salarios, absolutamente desvalorizados. Corriendo el peligro de  ser alcanzados por el virus y contagiar a la familia. Tienen el reconocimiento unánime de la población, que los aplaudió; pero merecían y merecen un mejor salario.

  -Eduardo: Indudablemente fue el recurso humano del área de salud. Todos. Y cuando digo todos incluyo a choferes, camilleros, médicos, enfermeras, auxiliares y, fundamentalmente, los trabajan en terapia intensiva. Creo que la gente no tiene la exacta dimensión de lo que ocurre en una terapia intensiva las 24 horas de todos los días. Considero que esa tapa de la revista exhibe una falta de ejemplaridad: tiene que estar dedicada a los personajes de la farándula, en medio de un delicado hilo emocional.
  -Carmen: Eso habla a las claras de la crisis de valores. 

-¿Cuáles son los modelos o los referentes que tienen los jóvenes, por ejemplo? Margarita Barrientos es un personaje. Y debe haber muchas Margaritas. Realiza una tarea increíble de inclusión social.

  -Eduardo: Lo de la revista fue la exhibición de la frivolidad.

  -Carmen: Uno se pregunta ¿para qué vivo? Y también ¿para quién vivo? El tema del vínculo es fundamental.

  -Más allá del desánimo actual, hay una necesidad de aferrarse a la esperanza.

  -Carmen: La esperanza es fundamental. En los momentos más difíciles, son los vínculos los que  sostienen a las personas. Uno no puede vivir en su propia burbuja, uno necesita el contacto con los demás y gratifica el cómo poder ayudar al otro.

  -¿Qué expectativas tiene para el futuro? ¿Cómo se imaginan a la pos pandemia?

  -Eduardo: La humanidad, ante estos dilemas que ha tenido siempre, ha sabido resurgir. Siempre la humanidad ha tenido esa fuerza apoyada en la esperanza. Creo que esta vez también lo logrará. Los intelectuales y politólogos hablan de tres dilemas: uno es el caos, para lo cual está solidaridad y la cooperación como un mensaje esperanzador; el otro dilema es democracia o totalitarismo, en lo cual no caben dudas: democracia siempre; y está el dilema sobre quién va a tener el poder en el mundo. En estos momentos hay un poder tripartito: la Comunidad Económica Europea, Estados Unidos y China. Veremos cómo se reparte ese poder y de vuelta nos aferramos a que la cooperación es lo que va a salvar el mundo.

  -¿Cuántos años tienen juntos ustedes?

  -(Sonríen ambos) Al unísono: tenemos 44 años de casados.

  -¿Cuál es el fundamento de tantos años de unión?

  -Marcela: Somos una pareja común y corriente, como cualquier otra. Coincidimos en muchas cosas y hemos tenido nuestros problemas. Pero compartimos valores esenciales de la vida. Siento que él es un gran compañero.

  -Eduardo: Creo que la comprensión fue algo fundamental. Ella,  durante su formación profesional, tenía que ir en plena guerrilla a Tucumán y yo me encargaba de los chicos. Y cuando tuve mi formación tenía que asistir a congresos o jornadas. Mi condición de médico cirujano está estrechamente ligada a la urgencia. Bueno, esa comprensión de ella ayudó que hoy estuviéramos juntos.

  -Estamos a días de un nuevo año. ¿Qué reflexión les merece este hecho?

  -Carmen: Queremos más democracia y menos profundización de la grieta. Me alegraría que pudiera haber un acuerdo en principios elementales entre oficialismo y oposición en favor de la gente. Que la clase dirigente política tenga gestos de grandeza porque la situación del país es grave. Que a la dirigencia política se sume la Iglesia, en fin: un acuerdo de la sociedad en su conjunto. Es fundamental que tengamos una mejor calidad educativa. La formación del docente debe estar más reconocida. Sostengo que la solución está en llegar a acuerdos que beneficien a todos los sectores de la vida nacional. Hay que tener la grandeza de escuchar al otro y no creerse dueño de la verdad absoluta.

  -Eduardo: Mi mensaje está pleno de esperanza, por supuesto. Queremos una provincia, un país y un mundo mejor. Más solidarios y tolerantes,  con menos totalitarismo. Que haya más trabajo genuino que contribuya a la dignidad del pueblo argentino.

Algo personal

Nombres y apellidos: Carmen Inés Martínez (psicóloga) y Fidel Eduardo Avalos (médico cirujano).

  -Hijos: Sebastián (abogado), Exequiel (arquitecto) y Laura (psicóloga).

  -Nietos: Joaquín, Santiago, Facundo, Julia e Ignacio… y viene otro en camino.

  -Personajes: Carmen: “De la historia argentina, Manuel Belgrano. Admiro a Luis Chiozza, médico psicoanalista argentino, creador de una fundación sin fines de lucro, conocido por sus investigaciones sobre medicina psicosomática. También valoro la figura de Raúl Alfonsín”. Eduardo: “Mariano Moreno, el ideólogo de la Revolución de Mayo. Me gusta mucho su ideario político. Más acá en el tiempo, destaco a René Favaloro. A mi juicio, el último patriota que tuvimos en el siglo XX. Se formó para poner a la Argentina en lo más alto de la cirugía cardiovascular. Yo lo vi operar: tenía una destreza y una sabiduría impresionantes. Un ejemplo a seguir”.

  -La familia Avalos: Fidel Eduardo es miembro de una tradicional y reconocida familia catamarqueña. Son numerosos hermanos que supieron destacarse en la medicina, el deporte (particularmente en el fútbol, sean como dirigentes o jugadores) y la artesanía, entre otras actividades. Eduardo los recuerda: “Blanca, María, Horacio, Hidalgo, Filiberto, Jorge Luis y María Luisa. Ya fallecieron Aníbal Gustavo y Joaquín Ignacio”. 

Felicidades y gracias

Esta es la última entrega del espacio denominado “Cara a cara” de este poco feliz 2020. Un ciclo que comenzó allá por el 2014 y que alcanzó un promedio de casi 45 reportajes por año y más de 260 en seis años de vigencia. 
Pasaron por el mano a mano políticos, gremialistas, escritores y poetas,  artistas de todos los géneros (especialmente folcloristas), comerciantes, personajes anónimos, ejemplos de solidaridad, historias de vida, hombres y mujeres que ocupan cargos públicos y, a modo de practicar el saludable ejercicio de la buena memoria, incorporamos la sección “Para que no nos gane el olvido”, en el intento de rescatar a personajes que ya no están entre nosotros pero dejaron su huella para ser recordados siempre. 
De todos aprendimos un poco y de nuestra parte entregamos lo mejor: con aciertos y errores, con virtudes y defectos, fue gratificante comunicarnos y conocernos un poco más. 
Y más allá de las disidencias, siempre nos quedó un saldo positivo: el convencimiento que es más lo que nos une que lo que nos separa, y le hacemos desde aquí un categórico corte de manga a la maldita grieta, refugio de la intolerancia. Nos tomamos un descanso durante enero. 
Sólo Dios y la Virgen saben si nos volveremos a encontrar a través de las generosas páginas de este diario, a cuyos directivos y personal agradezco la paciencia y la contención. Gracias por todo. ¡Felices fiestas y bienvenido sea el 2021, en PAZ y mucha FE!

Kelo Molas