Como es tradicional para esta época del año, la revista “Gente” dio a conocer la clásica tapa con “Los personajes del año”, algo que no pasó desapercibido para un país como la Argentina cuyo plato preferido (incluyendo desayuno y merienda) es la polémica. Excluimos del comentario, por respeto a su investidura, al presidente de  la Nación, Alberto Fernández, que a esta altura nos recuerda a una pregunta: “¿era necesario?”. Desde aquí consideramos que no, pero la decisión presidencial tendrá sus razones para haber aceptado el convite. También dejamos de lado al comprovinciano Facundo Ahumada, denominado “el superdonante”: dio positivo de COVID-19, se recuperó y pudo donar plasma en cuatro oportunidades y no ocultó sentirse orgulloso por lo hecho, agradeciendo el apoyo de sus padres.

  Lo cierto es que “Gente” incluyó en su portada a personajes como Mirtha Legrand (mérito: haber estado ausente de sus ya aburridos almuerzos),  Juana Viale (mérito: ser “la nieta de…”), Wanda Nara (mérito: la nada misma…perdón, se conoció una foto suya montada desnuda en un caballo), los diseñadores Benito Fernández y Gino Bogani (mérito: este año no “vistieron” ni el arbolito de Navidad), Sergio “Masita” Massa y el intendente Gustavo Posse (mérito: hacer honor al monumento al ridículo), Nacha Guevara (mérito: haberse peleado en  televisión con la hija de Diego Latorre…¡cheeee, gente grande!), Nicole Neumann (mérito: ya no es más “botinera”), Pampita (mérito: haberle pagado lo que debía a su exempleada), Rodrigo Lussich (mérito: dijo la palabra “contorsionista”… ¡y no se equivocó!). Y sigue la nómina. Suponemos que por razones de espacio no figuran en la tapa de “Gente” otros personajes del año como Dady Brieva, Luis D’Elía, Máximo  Kirchner, Patricia Bullrich, Mauricio Macri, Diego Brancatelli, Luis Majul. Una verdadera lástima. Con ellos, gritábamos ¡bingo! y a otra cosa.

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Catamarca no tiene la revista “Gente”, pero tiene personajes que honran a la gente. El folclorista Guillermo Zavaleta los llamaría orgullosamente “Personajes de mi pago”. Nos referimos puntualmente a quienes les pusieron el pecho a la maldita pandemia, dejaron atrás la absurda grieta y los fanatismos políticos y se dedicaron a trabajar en nombre de la vida. Ellos, los trabajadores de la salud (médicos, enfermeras, camilleros, choferes y demás auxiliares del área), junto a los servidores públicos de las fuerzas de seguridad y el tránsito, más los trabajadores municipales del área de higiene urbana, redoblaron sus esfuerzos y fueron dignos soldados del ejército con vocación de servicio que le hizo frente a una terrible pandemia que todavía está entre nosotros. Un maravilloso ejemplo de compromiso en favor de la vida. Trabajando sin horarios determinados, con el cansancio a cuestas y unas ganas enormes de ganarle al enemigo menos esperado. Ellos, todos los que forman parte del recurso humano de salud, merecen la distinción de PERSONAJES DEL AÑO, aun cuando no aparezcan en la tapa de una revista porteña. Se ganaron el respeto y la consideración de la gente, que es lo más valioso e importante. Tendrían que ser más valorados en sus salarios y ganar el doble de lo que ganan los políticos. Pero eso es harina de otro costal. Sabemos bien que es una utopía. Algo que nunca será una realidad.

  Otros que también se ganaron la distinción de personajes del año son los integrantes de los comedores comunitarios, las ollas solidarias y otros grupos solidarios que pusieron alma y corazón para juntar abrigos en el invierno y acordarse de los hermanos que sufren los fríos más terribles; hombres y mujeres, jóvenes y mayores que trabajaron para darle un plato de comida, un mate cocido y un pedazo de pan  al vecino que tiene hambre. Y lo hicieron solamente por amor al prójimo, sin pedir nada a cambio. A todos ellos, nuestro profundo reconocimiento. Estos son los gestos que ameritan el aplauso grande y prolongado. Esto fue lo mejor que nos dejó este durísimo 2020: para que la esperanza siga viva pensando en el 2021 que ya llega.

Kelo Molas