Por Rodrigo Morabito (*)

En medio de esta crisis actual por la que atraviesa el mundo entero en aislamiento, las personas nos encontramos hiperconectadas todo el tiempo a las redes y la información que día a día se replica no solo a través de ellas sino por WhatsApp. 
A partir de aquí se origina un fenómeno denominado en este último tiempo como INFODEMIA. 

La “INFODEMIA” -tal es su nombre oficial- es una práctica que genera pánico o promueve conductas incorrectas.  Según explica la propia OMS, la voz inglesa infodemic, que es la voz original que emplea, se refiere a una sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra no) que hace que para las personas sea difícil encontrar recursos fidedignos y una guía de confianza cuando la necesitan. 

En español, se ha traducido por infodemia, voz morfológicamente bien formada, que en el contexto de las noticias sobre el coronavirus se emplea con relación a la gran cantidad de información que hay sobre el tema, mucha de la cual son bulos o rumores, por lo que vendría a equivaler a una “EPIDEMIA NOCIVA DE RUMORES QUE SE GENERAN DURANTE LOS BROTES”.

 Evidentemente, en estos últimos días han circulado informaciones de todo tipo, pero una que realmente llamó la atención fue la de la supuesta microbióloga del instituto de microbiología Malbrán, en donde se manifestaba que los mayores picos de coronavirus se darían fuertemente en el país entre este fin de semana y el 10 de abril, recomendando a la población el abastecimiento inmediato para evitar salir casi en absoluto durante ese periodo. 

Sin dudas, las “fake news”, -conocidas como noticias falseadas, es decir información creada como si fuese real con la intención de desinformar y cuyo objetivo es manipular a las personas y difundir engaños específicos sobre temas trascendentales - además del control de las medidas dispuestas por Estado para garantizar el aislamiento generado por la pandemia, son los grandes desafíos a los que se enfrenta hoy el Gobierno del país.

Los ciudadanos debemos ser conscientes acerca de este tipo de noticias y en estos momentos dejar de replicar cualquier información que llegue a nuestros celulares y que no tienen un origen en los canales oficiales del Estado o en los medios de comunicación a partir de los informes diarios que los organismos públicos competentes del gobierno les van proporcionando, ergo, lo único que hacemos con ello (esto es al replicar noticias que no chequeamos o nos cercioramos de que son fidedignas o veraces) es infundir temor a la población generando desconcierto.

Las personas que generan estas falsas noticias, en el caso de ser descubiertas, es muy posible que pudieran ser imputadas por el delito de INTIMIDACIÓN PÚBLICA que regula el art. 211 del Código Penal y castiga con una pena de prisión de 2 a 6 años a quien para INFUNDIR UN TEMOR PÚBLICO o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, O EMPLEARE OTROS MEDIOS MATERIALES NORMALMENTE IDÓNEOS PARA PRODUCIR TALES EFECTOS.  En esta última hipótesis, a mi entender, deberían ser consideradas las “fake news” y los inescrupulosos autores de las mismas.  

Finalmente y más allá de la amenaza de una posible sanción penal, lo cual y sin dudas no es la solución más efectiva, este tipo de cuestiones se remedia con la consciencia ciudadana de no replicar cualquier noticia o audio que llegue a nuestros celulares sin antes preocuparnos de su veracidad, pues se trata en estos momentos de crisis grave de ser RESPONSABLES y no generar más zozobra de la que ya existe en la población.

(*) Juez de Menores