Comencemos con la siguiente pregunta: ¿Están de acuerdo con la trascendental decisión de Alberto Fernández de rescatar/expropiar/ estatizar la cerealera Vincentin? ¿Sí/No? 
Para ayudarlos a obtener o a reflexionar una respuesta, compartiré con Uds. información y un análisis de la situación.

Breve reseña “estafa Vicentin”

Vincentin S.A.I.C. es una importante empresa de capitales nacionales que participa fuertemente en el negocio agroexportador, es la sexta en el ranking de exportaciones de cereales y sus derivados (principalmente harinas y aceites); además posee actividades en varios otros rubros (biodiesel, feed lot, frigorífico -Friar-, vinos, acopio y exportación de miel, desmontadoras, hilandería y tejeduría -algodonera-, jugo concentrado de uva y participación en la administración de puertos de Rosario). 
En el ocaso del gobierno de Mauricio Macri, al cual le aportó para su última campaña presidencial $ 19.000 millones según datos de la Comisión Nacional Electoral, el 05/12/19 sorpresiva e ilógicamente se declara en “estrés financiero” y solicita la convocatoria de acreedores para evitar la quiebra (el 06/03/20 la justicia de Santa Fe aprueba el Concurso Preventivo). El monto adeudado en cesación de pagos ronda los u$s 1.500 millones (aprox. $ 100.000 millones), donde el Estado Argentino es el principal acreedor (BNA, AFIP, Bco. Prov. Bs. As., etc.) dentro de los más de 2.600 declarados.  

La mayor acreencia de la empresa es con el Banco Nación (BNA) por más de u$s 300 millones (aprox. $ 18.500 millones), donde gran parte la acumuló en el 2019; sólo en Noviembre de ese año, luego de perder Macri las elecciones, a pocos días de declarar su “estrés” y sin ninguna garantía, se le otorgaron u$s 96 millones ($ 5.785 millones). Hecho de por más espurio y fraudulento por el cual el gestor radical/Pro de la Banca Pública Javier González Fraga fue llevado a la justicia por “otorgamiento irregular de créditos” (involucrando a los defraudadores directivos de la Empresa -Padoán y Nardelli-, sospechados también de fugar y lavar dinero).

El 08/06/20 el presidente Alberto Fernández anuncia la intervención de la firma y anticipa que remitirá al Congreso un proyecto de ley para su expropiación, declarándola “de utilidad pública”. Acto seguido la oposición política y mediática toma una fuerte postura en contra de esta decisión magnificando cualquier tipo de manifestación o justificativo para criticarla y denostarla. Siete diputados de Juntos por el Cambio presentaron una denuncia penal contra el Presidente por “abuso de autoridad” por dicha intervención y todo el aparato mediático comenzó a operar fuertemente (casi un “deja vu” del 2008 con la 125); a modo de ejemplo las tapas de Clarín, La Nación, Infobae y demás satélites son elocuentes con grandes fotos de gente en Capital Federal y Santa Fe “caceroleando” en repudio envueltas en banderas argentinas, con títulos tales como: “Avance del gobierno en el mercado de granos” o “Temor en los mercados y críticas empresarias a la expropiación de Vicentín”. 

Ante un desfalco, una oportunidad

Este (otro) desfalco Pro, en connivencia con el CEO de la empresa (Nardelli) que fuera un frustrado pre-candidato cambiemita a Gobernador por Santa Fe, abrió la posibilidad de que nuestro Estado convierta al privado “grupo Vicentin” en la estatal “YPF Agro”, lo que como mínimo le permitirá: 
1. Participar en el mercado agroexportador. 
2. Intervenir en el mercado de cambios. 
3. Influir en la oferta y determinación del precio interno de alimentos. 
4. Evitar una mayor concentración y extranjerización en el sector. 
5. Salvaguardar las acreencias del Estado, a un centenar de cooperativas agrícolas y a más de 5.500 trabajadores que sin dudas se verán afectados ante la inminente quiebra.
Sólo con esta sucinta enumeración ¿Qué les parece? ¿Será beneficioso para el gran pueblo argentino la expropiación de Vincentín? 

¿Por qué “de utilidad pública”?

Con la nueva “YPF Agro” el Estado Argentino (siempre que esté administrado por gobernantes que defiendan el bien común; claro está, no?; ya sabemos lo que pasa cuando ponemos al zorro dentro del gallinero) podrá realizar operaciones en este concentrado y extranjerizado sector agroexportador, que le servirán de referencia para iluminar su “oscurantismo” (que con miles de artilugios de todos los tipos inimaginables y triangulaciones con foráneas casas matrices fugan divisas y eluden tributos al Fisco, donde estas grandes cerealeras casi por voluntad propia terminan declarando sus exportaciones ¡que embarcan en los puertos que ellas mismas administran!).

Estas operaciones estatales de exportación aportarán una oferta genuina de divisas; que hoy, como siempre, es fugada o retaceada por este sector. El cual, a pesar de ser el principal generador de las mismas, en la actualidad se encuentra liberado de la obligación de ingresarlas a nuestro país (“por tiempo indeterminado” -es decir ¡nunca!, si así lo desean-, aberración cambiemita no corregida aún por “Les Fernández”); situación que provoca escasez dentro del mercado cambiario y presiona a la suba el Tipo de Cambio (además de menoscabar reservas y limitar necesarias importaciones -la llamada “restricción externa”-). Histórica extorsión de estas grandes empresas oligopólicas, que una vez que logran la abrupta devaluación de nuestra moneda, obtienen inconmensurables ganancias en nuestra tierra; con el agravante de disparar los precios internos de casi todos nuestros alimentos (escalada inflacionaria de la canasta básica alimentaria). 

Queda claro que participando en este mercado nuestro Estado se encamina además hacia la llamada “soberanía (seguridad) alimentaria” ya que podrá influir también en la oferta y en la determinación de precios de esenciales alimentos.

A espabilar por favor

Con lo expuesto, ¿se comprende entonces porque de la resistencia, espanto y temor (de esta expropiación) del “mercado y empresarios” y de los políticos y medios opositores obsecuentes con estos sectoriales intereses?
Hay que espabilar por favor y no dejarse (volver a) engañar. Una vez más los alerto: “¡No hagamos como propios intereses de unos pocos!”.