Hace unos largos años, por una situación de urgencia, fui internado en el Hospital San Juan Bautista. 
En aquel momento, me brindaron una atención de primer nivel, y merced al profesionalismo del recordado y estimado Dr. Juan Carlos Sánchez Reynoso y su equipo, pude recuperar mi salud.

Me quedé con el recuerdo de la calidad humana y la vocación de servicio de todas las personas, integrantes del nosocomio, que siempre bregaban por la recuperación del paciente.

Y el tiempo, pandemia mediante, me llevó nuevamente a recibir los servicios de nuestro Hospital.
Y volví a vivir y percibir la preocupación por la salud del prójimo y por la recuperación de todos los que estábamos internados en ese sector, demostrada por todos y cada uno de los engranajes del sistema de salud pública (desde el equipo del SAME, mucamas, camilleros, cocineros y cocineras, camareras, enfermeras y enfermeros, supervisores y supervisoras, técnicos, radiólogos, bioquímicos y bioquímicas, kinesiólogos y kinesiólogas y hasta los médicos y médicas -a riesgo de olvidarme mencionar a alguien-), que en cada visita a nuestra habitación, con el simple “buenos días”, algún chiste y la sonrisa cotidiana, nos llenaban de sol y acrecentaban la esperanza de una pronta alta; todas circunstancias que nos ayudaron a ir recuperando paulatinamente nuestras energías y volver al hogar.

No tengo más que palabras de agradecimiento y reconocimiento a todos y cada uno de ellos, como así también a la Lic. Victoria Cativa del equipo de seguimiento del Ministerio de Salud: MUCHAS GRACIAS; y muy especialmente a la Dra. Laura Agüero por su calidez humana, profesionalismo y vocación de servicio en su arte de curar.

Luis Raúl Guillamondegui
DNI 21.754.976