OPINIÓN

Fray Mamerto Esquiú - Beato

sábado, 4 de septiembre de 2021 01:32
sábado, 4 de septiembre de 2021 01:32

La causa de Beatificación de Fray Mamerto, hoy Beato por decisión del Sumo Pontífice, ha dado un paso importante en el proceso que se inició en 1926. Ser Beato es la instancia que precede la Santidad. Es el reconocimiento que vivió heroicamente las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad; también las cardinales: prudencia, justicia, templanza y fortaleza.


Estas virtudes le fueron reconocidas en vida por sus contemporáneos. Para confirmar esa fama recuerdo lo dicho por el Pb. Camilo Jordán de la Cía. de Jesús, prestigioso orador sagrado, quien comentó que era un santo y un sabio, y dijo: “Si al sabio hay que escucharlo, con mayor razón al Santo”.


Muchas personalidades de la época se pronunciaron sobre la fama de santidad. Entre otros, Pedro Goyena, publicista de nota, dijo: “El padre Esquiú es el más parecido a los santos que ha nacido en la República Argentina”. La mejor biografía fue escrita por Fray Mamerto González, contemporáneo de Esquiú, y recuerda que sus actos han sido el vivo reflejo de la doctrina de Cristo. Y agrega: “Fue en virtudes un santo, en ciencias un sabio y en todas las manifestaciones de su vida, un héroe”.


Este hombre virtuoso es el resultado de un hogar cristiano. Aprendió de sus padres amar a Dios y al prójimo, fue la base de su vocación reafirmada por el estudio y el sacrificio. Allí se modeló esa bella persona dotada de bondad, humildad y entrega, cuya estatura moral es el producto de su formación humanista, de su apego a las virtudes cristianas y de un claro sentido del valor como criatura de Dios.


No fue político ni actuó para ninguna parcialidad, solo lo hizo para reclamar la vigencia de la ley y acatamiento a la autoridad constituida. Entendía que  la verdad y la justicia hacen libres a los pueblos. Esa fue la idea fuerza que lo impulso a pronunciar seis sermones patrios. Todos lo fueron en el  templo, en la búsqueda de la pacificación.


Insistimos, es el prócer moral que es necesario recordar. Su mensaje da certeza a los valores de la vida y nos deja un ejemplo que debemos honrar.


En síntesis, Esquiú ha ganado el título de Beato lo que demuestra que tiene méritos para ser Santo. Fue, como dice Pedro J. Fría, “un  Obispo evangelizador: su deber lo lleva a La Rioja… y a la muerte. Calcinado por un sol de fuego, el 10 de enero de 1883, queda sellada una misión sin reproche”.


Arturo Horacio Iturrez
Córdoba, septiembre del 2021

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