CARTA AL DIRECTOR

Murió el doctor César Augusto Fernández (Dr. Fernandito), el santo de los niños

lunes, 17 de enero de 2022 01:26
lunes, 17 de enero de 2022 01:26

Señor Director, solicito tenga a bien publicar el siguiente texto en el prestigioso diario que Usted dirige:


Murió el doctor  César Augusto Fernández  (Dr. Fernandito), el santo de los niños.


Santa María está de profundo duelo por la partida hacia la Cruz del Sur del Doctor César Augusto Fernández, el Fernandito de los niños que querían ser médicos como él.


La foto de su retrato es la que ilustra claramente su personalidad. Todo niño, toda niña, quería tener su sellito. Una vez pintado su consultorio, cada uno ponía su nombre con el sellito, hasta que ya no había espacio y Fernandito los subía a cococha para que escribieran más alto, casi sobre el techo.


Nacido en Salta, estudió Medicina en la Universidad de Córdoba. Ejerció como médico haciendo práctica hospitalaria durante años hasta llegar a Santa María de los Ángeles del Yokavil.


Nadie imaginó que había llegado un nuevo ángel a la ciudad, al campo, a San Antonio de la Hoyada.


Casado con Sara Nieto, amada esposa y leal compañera, tuvieron cuatro hijos, todos los que la vida les regaló: María Fernanda, Cesita, Sarita y María Laura, duplicando ese obsequio con 10 nietos.


Trabajó, hasta su jubilación, en el Hospital Dr. Vargas y en un consultorio privado.


Cada jornada matinal oraba de pie frente a la Virgen de la Candelaria y frente a Jesusito. Ya tarde, como las tres, antes de almorzar, regresaba a la Iglesia para agradecer y pedir por la mejoría y pronta recuperación de sus enfermitos.


En el Hospital trabajaba codo a codo con su colega y amiga, la doctora Meri Alata Crespo, de su mismo linaje, de su misma bondad.


Dejaba su teléfono en su mesa de luz por si un pacientito lo necesitaba durante la noche; si eso sucedía, Sarita lo acompañaba.
En la sala de espera de los consultorios del doctor Juárez reinaba el caos: madres que corrían tras los niños que trepaban las escaleras, que bajaban, que corrían; un anarquismo infantil de niños tal que cuanto César abría la puerta, ellos entraban antes de su turno; los hermanitos luchaban a capa y espada, por yo primero me subo a la camilla, mientras los tres sacaban la lengüita…
Cada 3 de diciembre, las enfermeras del Hospital ayudaban al doctor a cargar todos los regalos por su día: un cerdito asado, capias, un pulóver de llama, huevitos frescos…


En 1997 el Congreso de la Nación Argentina convocó a elegir el Héroe Anónimo.


Celina, una de sus pacientitas, escribió una carta manuscrita proponiendo al Dr. César Fernández como candidato.


Fue elegido Héroe Anónimo de Santa María y viajó a Buenos Aires al acto organizado por el Congreso de la Nación.


Pocos meses después visitó Santa María Graciela F. Meijide, quien buscaba al Dr. Fernández porque se había autorizado el avión sanitario, que en ocasión del premio había solicitado para un niño de La Hoyada.


Así, el Dr. fue premiado como Ciudadano Ilustre.


Un barrio de la ciudad santamariana lleva su nombre. Se organizan eventos deportivos, César Fernández… Una calle lleva su nombre y cada niño o joven lo saluda. El Área Programática del Hospital Dr. Vargas llevará su nombre.


Fernando M. Fontanarrosa hizo su retrato al lápiz, con su tibia sonrisa y sus ojos dulces.


El Dr. nunca recibió medalla de oro alguna, algo desmesurado por su humildad y sencillez.


Dice Gabita que tenías que ser eterno… No dejaste nada, porque nos has dado todo.


Estamos tristes por su partida. Pero no decimos adiós, sino hasta pronto, porque las personas buenas y santas nunca mueren.

Beatriz Isabel Vallejo de Fontanarrosa
DNI 6.391.694

0%
Satisfacción
100%
Esperanza
0%
Bronca
0%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios

Otras Noticias