Hace 40 años nacía el vuelo libre en Catamarca

Por Rodolfo Lobo Molas.
lunes, 20 de junio de 2022 09:04
lunes, 20 de junio de 2022 09:04

Corría el año 1982 y era yo corresponsal para Catamarca y zonas aledañas, de la revista Espacio Aéreo Deportivo que publicaba la CADEA, (Confederación Argentina de Entidades Aerodeportivas) para informar las actividades de este sector de la aviación civil y aportar también datos históricos, técnicos etc.

En tal carácter me puse en contacto con aladeltistas riojanos para una entrevista, interesado además por los pormenores de una actividad que comenzaba a tener su presencia en el país.

Fue así que luego de ese reportaje, coordinamos una visita a Catamarca para ver si se podía volar desde la cumbre de la Cuesta del Portezuelo, ya que no se había hecho nunca y además era hasta ese momento el lugar más alto para practicar este deporte de los que había en Argentina.

Y así, el 6 de junio de 1982 llegaron a nuestra ciudad los pilotos de Alas Delta Luis Planas, Horacio Arias y Ricardo Arias acompañados del inefable Rabanito Moreno, un hombre muy vinculado hoy al automovilismo en La Rioja quien conducía un viejo pero hermoso Jeep, con el que subimos la cuesta del Portezuelo, con las alas plegadas en una armazón que tenía el vehículo y empezamos a buscar un lugar propicio para el primer vuelo en Catamarca.

En ese entonces la cuesta no tenia asfalto y luego en la cumbre no encontrábamos un lugar apropiado, así que fuimos por la ruta 42 en el Dpto El Alto, hacia el norte deteniéndonos a cada momento en la esperanza que apareciera un punto apto. Luego de un par de horas de infructuosa búsqueda decidieron volver con la desilusión en sus rostros y en su corazón. El punto debía tener una pendiente donde se pudiera correr hacia abajo, hasta alcanzar la velocidad necesaria para el vuelo, poder enfrentar el viento, tener una amplitud que no ofreciera riesgos y esas condiciones no aparecían.

Ya de regreso, casi cerca de donde la ruta comienza a bajar la cuesta, uno de ellos, no recuerdo cuál, dijo: -ahí, paremos, y vamos a ver ese lugar. Y así lo hicimos. Fuimos a ver y los pilotos concordaron en que era un lugar apto, así que armaron las alas y volaron por primera vez en Alas Delta en Catamarca, desde el cordón montañoso El Alto-Ancasti, en un lugar que aun hoy se utiliza. Me tocó el privilegio de ser el afortunado único testigo de Catamarca en ver ese momento histórico. Al lado de ese lugar donde volaron por primera vez, se construyó, años después, la Hostería Polo Giménez.

¡La alegría fue indescriptible! Con Rabanito Moreno volvimos en el Jeep a reencontrarnos con los pilotos que habían aterrizado en un rastrojo en la Villa de El Portezuelo.

Pero esta gran noticia para los amantes de los vuelos no podía quedar en el silencio así que me puse en contacto con el periodista del Diario La Unión Carlos H. Barrionuevo para hacer una nota.  Y se hizo y publicó, con la foto que acompaña este informe.

Fue así que decidí crear una institución que nuclee al vuelo libre, en ese momento las Alas Delta y los Ultralivianos. Y con la colaboración del diario hice una convocatoria para ver si había interesados. Y fue muy grande la sorpresa porque nos reunimos cerca de 60 personas, hombres y mujeres, deseosos de formar un club y aprender a volar.

Entonces creamos la Agrupación de Alas Delta y Ultralivianos Catamarca el 22 de junio de 1982 con la presencia de pilotos riojanos que nos asesoraron para tal fin.

Fui elegido como primer presidente, secundado por el empresario Horacio Acevedo como vice, el oficial Luis Sánchez como secretario y el comerciante Eugenio Pepe Sanagua como tesorero, además de otras destacadas personas que fueron parte de la fundación como Héctor Álvarez, Nene Foressi, Mario Segretín, Galván, y muchos más cuyos nombres escapan a mi memoria.

Organizamos un fantástico festival en el Portezuelo-que sirvió para mostrar el aladeltismo a Catamarca- que se llevó a cabo en el mes de julio de 1982. La Municipalidad de Valle Viejo nos preparó la pista de lanzamiento, desmontó un campo cerca del cementerio, por la vieja ruta, el Radio Club nos dio apoyo en comunicaciones entre la cumbre de la cuesta y la villa,el Gobierno de la provincia declaró de interés provincial el festival y nos dio alojamiento para los participantes. La Fuerza Aérea autorizó el uso del espacio aéreo para esas actividades, restringiendo los vuelos de aviones por las cercanías.Llegaron a Catamarca aladeltistas de muchas partes del país. El festival fue un éxito. Y con los bonos contribución (no cobrábamos entrada) pudimos comprar 3 alas escuela que fueron la base para la instrucción para aprender a volar que estuvo a cargo de pilotos riojanos.

El tiempo pasó, pero aquella semilla fructificó y hoy ese lugar sigue siendo el punto de lanzamiento de alas delta y ahora los incorporados parapentes. La Agrupaciòn cambio de nombre, hay nuevos integrantes, pero el entusiasmo por el vuelo libre no solo no ha decaído sino que se ha incrementado y se ha actualizado con las nuevas formas de volar. No pudimos llegar a tener ultralivianos, pero queda abierta la puerta para el futuro. Desde hace algunos años ADUCAT ha tomado la posta y crece dia a dia. ¡¡…Felicitaciones...!!

Aquel sueño, casi utópico que tuve en 1982, hoy cumple -hecho ya una realidad- 40 años. Queda en los amantes del vuelo de hoy, cosechar el fruto de aquella semilla que plantáramos hace nada más y nada menos que 4 décadas.

Foto de Carlos H. Barrionuevo: de izquierda a derecha. Rodolfo Lobo Molas, Rabanito Moreno, Ricardo Arias, Horacio Arias y Luis Planas, abajo Juan Gil, chofer del canal 9 TV de La Rioja.

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