A escondidas de los medios y lejos de las cámaras, Martín Redrado festejó su casamiento con Lulú Sanguinetti en Italia. Un detalle no menor en esta nueva unión es que Luciana Salazar también está instalada en el país europeo.

Luego de separarse de la modelo, el economista comenzó a llevar adelante una nueva vida. Sin la exposición constante que vivía junto a Luli, Redrado salió por completo del foco de los medios y reapareció con los escándalos de su ex.

Aprovechando que su nombre reapareció por diferentes canales, Martín comentó la noticia que en julio daría el sí junto a Sanguinetti. En una fiesta millonaria, el flamante matrimonio eligió el Lago Di Como para sellar su unión ante los imponentes paisajes del Viejo Continente.

Negado a realizar una cobertura de su casamiento, el propio Redrado le agradeció el gesto a Socios del Espectáculo, que buscó enviar a un reportero. En ese mismo programa, Rodrigo Lussich confesó que Salazar estaba muy cerca del lugar de dónde se instaló su ex con Lulú.

“Mientras en Italia se casa Redrado, Luciana Salazar está en alguna parte del mismo país y como las distancias son cortas, hay una hora de diferencia, ella toma un remis, le cae a la mitad de la boda y te la levanta”, comentó el periodista.

Suponiendo que podía llegar a pasar lo peor, lo cierto es que Luli no se dio por aludida. Eso sí, no dejó pasar esta noticia del casorio y apuntó contra los novios; para Salazar no es un casamiento porque todavía no pusieron el gancho y al hacerlo afuera es ilegal para Argentina.

De todas manera, Lussich bromeó con este tema y aseguró lo que podía ocurrir si la modelo se presentaba en la boda: “Te pega dos tiros al aire, ni si quiera tiene que pegárselos a nadie, dice ‘esto no se puede hacer, me opongo’, y sabes que salimos en todos los diarios. Luciana si estás cerca andá para allá”.

Fuera de esta situación que finalmente terminó siendo una coincidencia, Martín aseguró que está muy contento y brindó detalles exclusivos. “Los invitados son libres de ir por los pueblitos cercanos que son lugares chicos donde viven 1000 personas y toda esta joda divina termina con un brunch el miércoles”, le manifestó a Karina Iavícoli.