L-Gante estuvo en Poco Correctos y contó los detalles más inéditos de su encierro en la DDI de Quilmes. El cantante se animó a hablar sobre su relación con Wanda Nara, cómo lo recibieron los otros presos y en lo que se enfocaba mientras esperaba ser liberado.

“Estoy re tranquilo y mis días son re tranquilos, ahora encerrado en casa para hacer las cosas bien y que no falle nada porque también estos (por el entorno) me comieron la cabeza con todo lo que tenía que poner y estamos cumpliendo. Mis días presos me lo tomé con paciencia y dije ‘bueno aprovecharé para hacer otra cosa’", comenzó.

"No sé qué estaban haciendo afuera, pero lo que sí puedo decir que empecé a recibir buenas noticias con Diego (Storto). Desde que caí preso hasta ahora no lloré, tenía mucha tiempo para hacer música. Se rumoreaba y se piensan que soy un jeque árabe. Creo que se exageró con mi causa, el nombre tracciona y en los medios había salido que yo tenía una Ferrari", sumó L-Gante.

Y agregó: "Tengo que modificar y no me va a gustar hacerlo de estar cerca de la gente, me brindo y me acerco a todos, pero te puedo llegar a pasar que cuando abrazas a alguien en el tumulto de gente te pueden apuñalar. Primero que ni bien llegué ya los policías decían que me iban a mandar así como que nadie iba a saber, vos no digas nada, no hables nada".

"Pero ni bien hice un paso, ya gritaban todos ‘eh L-Gante, mirá que ya sabemos que estás acá’. Uy, digo, y no, pensaba, con quién me pondrán. Estuve bastante entrenado en esto, no de pelear, de lucha cuerpo a cuerpo, sino de que me metía en las peores villas, hasta de países que ni conozco, y que también corro riesgos de que no me conozcan a mí", sostuvo.

Sobre su relación con Wanda Nara tras lo sucedido, dijo: "Con Wanda está todo de diez, nunca me peleé con ella. Pelea de lo que se dice discusión no hubo y estamos cada vez mejor. Con Tamara también nos llevamos bien, pero no hay reconciliación”.

Además, el referente de la cumbia 420 habló de su hija, Jamaica: “Aprendo todos los días, ella me enseña cosas. Lo que le veo que tiene de mí es que una vez que arranca a hablar, ya no te suelta más. Pierde la vergüenza, entra en confianza y ya te explica todo, te habla, te cuenta...".

"Cuando estamos los dos solos, aprendo nos entendemos y veo cómo va creciendo y aprende cada cosa todos los días. El único problema es cuando se acuerda de la mamá, pero después todo de 10?, concluyó.