Gran Hermano volvió a tener una nueva salida y el grupo de los Monitos se empieza a desvanecer poco a poco. El público comenzó a elegir entre los que menos quieren y las cartas comienzan a estar mucho más claras en la casa más famosa del país.

Mientras los participantes están a pura estrategia dentro del reality, por fuera el ojo crítico de los espectadores no les perdonan su accionar. Primero fue Tomás Holder, quien apenas duró una semana por su polémica manera de ser y ahora llegó el turno de Martina Stewart Usher.

La profesora de gimnasia cayó mal desde un principio y más aún con las polémicas denuncias que salieron en su contra. Con ella fuera de la casa, ya son dos menos y María Laura Álvarez, participante catamarqueña, empieza a ganar mayor protagonismo.

Para la mayoría de sus compañeros se ganó el apodo de Cata y no tiene problemas con ninguno. Más allá de sus notorias diferencias con Alfa, de los más polémicos del reality, hace su juego sin despertar mucho la atención y hasta obtuvo grandes resultados.

Con esta semana que acaba de comenzar, ya es la tercera para María Laura y salvo una traición de sus compañeros, aparece como una de las favoritas para luchar por un lugar en la fina. En diferentes charlas que se vieron entre mujeres, hubo una actitud de la catamarqueña que le jugó muy en contra. 

No puntualmente dentro de la casa, sino que las personas que día a día siguen Gran Hermano y que en este caso decidirán quién será el gran ganador. Luego de revelar su dura historia de vida con su vida y la alocada anécdota sobre cómo comenzó su relación, habló de sus aventuras amorosas.

En un diálogo de mucha confianza y en dónde no participaron los hombres, María Laura comentó que estuvo con muchas personas y que en la mayoría de ocasiones los engañó. A partir de este dichos, se ganó un fuerte repudio en los espectadores y no tardaron en salir a criticarla. 

“Yo fui muy infiel en mi vida. Con casi todas las personas con las que estuve”, reveló la Cata. Al escuchar eso de su boca, diferentes usuarios de Twitter la salieron defenestrar, dado a que su sonoridad como mujer y el discurso del respeto comenzó a perder credibilidad.