En esta última entrega Zaffaroni propone no bajar los brazos en la lucha por defender el Derecho que es la forma que la ciudadanía tiene para conseguir más derechos y señala cuál es la senda a transitar para que nuestro país recupere la democracia plural.

2017, ZAFFARONI SEÑALA QUE ES HORA DE REACCIONAR PORQUE LOS DERECHOS SE LOS CONSIGUE LUCHANDO CONTRA ESTOS DISPARATES CAOTICOS QUE DEGRADAN NUESTRO ESTADO DE DERECHO Y NUESTRA CALIDAD INSTTUCIONAL.

Por Eugenio Zaffaroni

“El daño no se limita a todo esto. Esto pasa. Repito, esto pasa porque salvo Dios nada es eterno. Pero el daño sí puede ser difícil de revertir; tengamos cuidado, tengamos cuidado especialmente nosotros.

Por eso debemos reaccionar. Basta de depresión. No sé, hagámosno picar por un tábano, pero depresión NO; basta.

Ciudadanas y ciudadanos, es hora de resistencia y no hay resistencia con depresión; la resistencia se hace con animo positivo.

Muchos colegas me preguntan si vale la pena enseñar Derecho. ¡SÍ!!! Hoy más que nunca tenemos, debemos enseñar Derecho… Y mejor Derecho.

Enseñar que el Derecho no es un método ni un conjunto de sofismas para legitimar, justificar o racionalizar cualquier cosa. ¡NO!!! El Derecho es lucha... es lucha. ¡los derechos se consiguen luchando!!! No hay otra forma; se consiguen así.

En las luchas a veces se avanza y a veces se retrocede; y cuando se avanza hay que empujar y cuando se retrocede hay que resistir; eso es la lucha. Por eso insisto: EL DERECHO ES LUCHA. Como decía Von Ihering (Ilustre jurista alemán; filosofo del derecho) hay un pequeño problema: Cuando el que goza de los derechos no lucho por conseguirlos, es como aquel vago que hereda la fortuna que nunca contribuyó a reunir y por ende la despilfarra. ¡Cuidado! Por eso tenemos que enseñar derecho.

Es momento de enseñar y refirmar más que nunca que el Derecho es lucha y que  estos disparates caóticos que degradan nuestro Estado de Derecho y nuestra calidad institucional ponen en peligro la fe en el Derecho, dañan nuestra cultura jurídica; cultura jurídica que si bien es bastante nueva, sin embargo es parte de una tradición milenaria. Es momento de reafirmar la fe en el Derecho porque si se pierde la fe en el Derecho, lo que queda es una lucha de poder despiadada y queda la violencia, y eso no lo podemos tolerar nunca. Tenemos que enseñar que lo que debe hacerse se debe hacer; SÍ, pero conforme a la constitución, conforme a lo que fija la ley, conforme al respeto y la dignidad de la persona y conforme a la racionalidad republicana. ¡SÍ!!! Así hay que hacerlo.

En este momento y en no pocas otras ocasiones tengo un sueño imposible. Se que es imposible, pero lo imagino. Me imagino porque imaginarlo me da fuerza. Tengo un sueño y es que aquí y en este Congreso podría tomar un café con algunos que no están pero que sabían de la vieja política: con Raúl Alfonsín, con Antonio Cafiero, con Carlos Auyero, con Arturo Jauretche y con muchos más.

Me imagino charlando que esa gente que no hacía política televisiva… ¡No! Iba por los barrios, hablaban en los clubes, en las plazas, boca a boca, persona a persona… Sueño con eso. Aprendamos eso. Retomemos esa política; la política del lenguaje, del habla. Para eso los seres humanos somos esos animales que tenemos más desarrollado el lenguaje simbólico… Usémoslo. Usémoslo para la política personal aunque nos cierren los espacios públicos; aunque nos cierren los espacios mediáticos. Hablemos de persona a persona, de ser humano a ser humano; retomemos esa tradición.

Hoy no estamos convocados para defender a tal o cual persona, partido, concepción ideológica, no, no, sino para defender el espacio para discutir; el espacio para disputar entre nosotros, y si quieren para pelearnos que también es una forma de relación social siempre y cuando el que lo hace este absolutamente convencido, acertado o errado, de que está haciendo lo mejor para el bien común. Ese es el espacio que tenemos que defender. Pero ese espacio es el del Derecho, es el de la democracia, es el de las instituciones, es el del respeto al otro. Y es eso lo que está en peligro; es el espacio mismo de la DEMOCRACIA PLURAL”